X
Somos Deporte

Palmeiras eliminó a Botafogo y se metió en cuartos del Mundial de Clubes

El Verdao derrotó 1-0 al Fogao, por los octavos de final en un duelo caliente que se definió en tiempo extra. Jugará con Chelsea o Benfica.

Hoy 16:14

Palmeiras se tomó revancha. El equipo de Abel Ferreira venció a Botafogo en un duelo cargado de intensidad, tensión y fútbol sudamericano en estado puro y se metió a los cuartos de final del Mundial de Clubes. Fue un partido con mucho roce, digno de un cruce entre brasileños: no faltaron las patadas para cortar el juego, los duelos al límite ni las protestas constantes. El árbitro, lejos de frenar ese ritmo, optó por dejar jugar.

Desde el primer minuto, Palmeiras tomó la iniciativa. Dominó la posesión, atacó con insistencia por las bandas, presionó alto y empujó a Botafogo contra su campo. A pesar de su protagonismo, se topó una y otra vez con la muralla de John, el arquero del Fogão, figura indiscutible del encuentro. Ya en el segundo tiempo había salvado su arco con atajadas claves: un disparo lejano de Estevão, un cabezazo a quemarropa de Mauricio y varias intervenciones que mantuvieron vivo a su equipo.

El 0-0 se estiró hasta el final del tiempo reglamentario, y el partido se fue al alargue. Palmeiras, fiel a su estilo, nunca dejó de intentar. Y encontró su premio con un verdadero golazo que rompió el cero: Ríos, otra vez protagonista, recuperó una pelota en mitad de cancha, giró con inteligencia y filtró un pase preciso para Paulinho. El delantero, ubicado en el vértice del área, controló, enganchó para dejar en el camino a Marlon Freitas y definió cruzado, al segundo palo, dejando sin chances a John. Gol y desahogo.

Tras el 1-0, Botafogo reaccionó con orgullo y salió decidido a buscar el empate. Tuvo dos ocasiones claras: primero un remate de Artur que pasó cerca, y luego un buen centro atrás de Joaquín Correa que cruzó toda el área sin que nadie logrará empujarla.

El equipo de Abel Ferreira fue a buscarlo siempre. No especuló, no se desesperó, y encontró su premio. Con carácter, paciencia y calidad, Palmeiras se metió entre los ocho mejores del mundo y se dio el gusto de vencer a Botafogo, el mismo rival que lo había eliminado en la última Copa Libertadores. Revancha consumada.