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Con una multitudinaria misa, la Catedral Basílica celebró el cierre del Año Jubilar de la Esperanza 2025

La celebración se realizó en la Catedral Basílica Nuestra Señora del Carmen y fue presidida por monseñor Vicente Bokalic, quien llamó a una Iglesia cercana, solidaria y especialmente comprometida con los jóvenes y los más vulnerables.

Hoy 00:54

Con una fuerte convocatoria de fieles, este domingo se celebró en la Catedral Basílica Nuestra Señora del Carmen la misa de cierre del Año Jubilar de la Esperanza 2025, presidida por el arzobispo de Santiago del Estero y primado de la Argentina, monseñor Vicente Bokalic, quien dejó un mensaje centrado en la cercanía de la Iglesia con quienes más sufren y en el acompañamiento a los sectores vulnerables.

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La celebración, que había sido reprogramada del sábado 27 al domingo 28, se vivió como un momento de profunda comunión comunitaria. Desde distintos puntos de la ciudad —como la parroquia San Francisco, la capilla de La Montonera y el Colegio Madre Mercedes Guerra— los participantes se congregaron portando los colores distintivos del Año Jubilar, en una muestra de fe compartida.

Durante su homilía, Bokalic puso el acento en uno de los desafíos que considera centrales para la Iglesia actual: el acercamiento a los jóvenes, especialmente a aquellos que atraviesan situaciones de mayor fragilidad social. Habló de realidades marcadas por la falta de oportunidades, la exclusión y las adicciones, y remarcó la necesidad de escucharlos, conocer sus historias y caminar junto a ellos. En ese sentido, afirmó que el anuncio del mensaje cristiano debe presentarse como una propuesta de vida plena, con Jesús como compañero y sostén.

El arzobispo subrayó que este compromiso exige una renovación pastoral profunda, capaz de generar espacios de integración, promoción y servicio, y de construir una Iglesia que no permanezca distante, sino que se haga presente allí donde más se la necesita.

Para las comunidades que no pudieron participar de la celebración central, el Obispado de Santiago del Estero dispuso un subsidio litúrgico especial, con el objetivo de que el cierre del Año Jubilar pueda celebrarse también en cada parroquia.

Al finalizar la ceremonia, Bokalic expresó su agradecimiento a la Municipalidad, a las fuerzas de seguridad, a los grupos de servidores y a la empresa Produnoa, que colaboró con la provisión de agua mineral para los asistentes, en una jornada marcada por las altas temperaturas.

De este modo, la Iglesia santiagueña cerró un tiempo significativo, renovando su compromiso con una pastoral cercana, solidaria y atenta a las realidades sociales, con especial mirada puesta en los jóvenes y en quienes más necesitan acompañamiento.