La actriz expresó su indignación por los dichos de la conductora, quien la acusó de brujería y envidia en televisión, y aseguró que analiza iniciar acciones legales por violencia mediática y acoso
Lejos de apaciguarse, el conflicto entre Graciela Alfano y Susana Giménez sumó un nuevo capítulo. Esta vez, fue la exvedette quien rompió el silencio en Infama (América TV) y apuntó directamente contra la diva de los teléfonos, a quien acusó de haberla agredido verbalmente sin provocación alguna. “Estoy pensando en hacerle un juicio”, adelantó, visiblemente indignada tras las declaraciones de Susana en LAM, donde la acusó de hacerle brujerías, de envidiarla y de haber intentado hacerle daño durante décadas.
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“No necesitamos ningún barro de estos para nada. Nadie se quiere colgar de nadie”, comenzó diciendo Graciela, al referirse a los dichos que recibió de la diva. “Yo no vine acá a responder, porque estas cosas no se responden. No le tiré ni un Chaski Boom y me dio con un misil Exocet que no entiendo nada. Quiero decir que a estas personas hay que ponerles un límite. Esto es un acto de violencia”, lanzó en diálogo con el ciclo de América, en referencia directa al furioso llamado telefónico que realizó la conductora a LAM, donde se despachó con todo tipo de acusaciones.
Según Alfano, la agresión no solo fue inesperada, sino que también ocurrió en un contexto que nada tenía que ver con ella: “Nadie la mencionó y de la nada, agarró un micrófono y me insultó en una nota en Rocky. Le estaban preguntando por Pergolini, por Rial, y ella ya se estaba yendo. Pegó la vuelta, tomó el micrófono y le agarró algo, endemoniada contra mí”.
En ese descargo radial que dejó a todos en LAM en shock, Susana no ahorró calificativos. Se refirió a Alfano como “mentirosa patológica” y la acusó de haberle hecho brujerías. “Me trató de matar, me hizo brujerías, pero no lo logró porque no tiene talento”, disparó la presentadora, además de decir que Graciela siempre la envidió y que no merecía ser saludada en un restaurante porque “¿quién es para que la salude?, ¿la Presidente?”, exclamó, indignada.
La exjurado del Bailando, por su parte, respondió en televisión con un tono crítico pero sin levantar la voz. “Si me llama, ella o Graciela Borges, y me dice ‘el tapado era el mío, vos estás confundida, hay dos tapados iguales o parecidos’, la cosa termina acá. No pasa nada, somos gente grande... por un tapado de los años noventa”, reflexionó, en referencia al origen de la pelea: el abrigo que usó María Julia Alsogaray en la tapa de la revista Noticias durante la era menemista.
El abrigo en cuestión se convirtió en una especie de símbolo de la ostentación de los años noventa. Graciela asegura que ese tapado es suyo, que lo tenía guardado en una cámara frigorífica como se hace con las prendas de piel, y que fue prestado para esa producción. En cambio, Susana afirma que la prenda le pertenecía a ella y que Alfano se está colgando de su fama para volver a los medios.
El cruce entre ambas, sin embargo, va mucho más allá de la propiedad de un abrigo. Alfano habló de su trayectoria y de la estigmatización que sufrió durante años por los rumores de prácticas esotéricas. “Brujerías. Estoy harta de eso. Eso es como decirle a una persona que es mufa. No tenés forma de comprobar lo que estás diciendo”, explicó, y recordó una frase que le dijo un cura exorcista: “Quien habla de brujería, es porque la practica”.
También negó rotundamente haber hecho algún tipo de hechizo o haber estado relacionada con prácticas de ese tipo: “Nunca tuve nada que ver con nada. Me tienen podrida. Estigmatizar a una persona con brujerías es la peor bajeza porque no es comprobable”. Para Alfano, lo que está viviendo es “bullying y acoso sobre una persona”, y aclaró que ni siquiera conoce el origen del mito: “Es la primera vez que escucho semejante cosa”, dijo sobre la versión que involucraba a una empleada doméstica de Susana y una supuesta escena con un ritual vudú en los años ’80.
En un tono reflexivo, Marcela Tauro le preguntó: “¿Por qué te odió? ¿Porque hacías las películas? Ella las hacía con Moria, con Olmedo y Porcel. ¿Y después?”. Y planteó que quizás la rivalidad nació cuando ella comenzó a ocupar esos espacios: “Yo la reemplacé en todas esas películas y a lo mejor le dio rabia. No sé qué le pasó y la verdad no me importa. Pero sumar ya lo de la brujería... ¿Le parecía poco?”.
Más adelante, recordó el momento en que intentó encarar a Susana para limar asperezas: “Me paré al lado y le dije: ‘Hola, ¿cómo te va?’. A los dos minutos un escándalo terrible. Le dije: ‘Escuchame, Susana, ¿me querés decir qué te pasa conmigo?’”. Pero según ella, la reacción de la diva fue evasiva: “Nada, nada, nada. Es más, me dijo ‘te quiero invitar al programa’”. Alfano recordó que ese episodio ocurrió en 1998, cuando fue invitada al último programa del año de Susana, vestida por Jorge Ibáñez, y que en ese momento estuvo a punto de decirle todo lo que pensaba. “Varias cosas que a mí me habían dicho que ella hacía por atrás. Aproveché la oportunidad. Explotemos esto y a la miércoles”.
Sobre cómo se enteró del estallido de Susana en LAM, Graciela explicó que no estaba viendo televisión en ese momento y que el escándalo la sorprendió mientras compartía una cena íntima. “Yo estaba en mi casa, había reunido un montón de gente para el Shabbat”, contó en referencia a la tradicional celebración judía de los viernes por la noche. Todo transcurría en calma hasta que su rutina cambió por completo. “Cae mi hijo con la nena, viste cómo es cuando sos abuela. Te caen los hijos con los nietos y te los dejan. ‘Mamá, tenés a la nena desde las ocho hasta la una’, me dijo”, relató.
Con su nieta de ocho meses a cargo, Graciela se dedicó a cuidarla. “La nena se caía de sueño, entonces me fui a mi cama y la hice dormir”, explicó. En ese momento comenzó a escuchar a sus amigas presentes en la casa, y a ver quiénes le habían mandado mensajes al teléfono, entre ellas, la periodista Karina Iavícoli, alertándola de lo que estaba ocurriendo. “Me escribe Karina y yo digo: ‘¿Pero qué está pasando?’. Entonces prendo la tele donde estaba la nena, para quedarme con ella”, continuó.
Fue en ese instante que se topó con el audio en vivo de Susana Giménez en el programa de Ángel de Brito. Su primera reacción fue de incredulidad. “Cuando empieza a hablar Susana, yo creí que era Fátima Florez o Martincito Bossi”, dijo, sorprendida por el tono de la diva. “Parecía un chiste".
“Empieza una andanada de furia, y lo que más me dolió fue que la nena, pobrecita, hizo puchero. La había sentado un poquito y estaba mirando. Entonces le bajé el volumen, la puse a dormir y apagué la tele”, relató Alfano.
Finalmente, dejó en claro que este tipo de ataques no pueden seguir siendo tolerados: “Yo construí la carrera, yo construí a Graciela Alfano. Ella construyó a Susana Giménez. Me encanta ser Graciela, pero nunca quise ser Susana Giménez”, afirmó, diferenciándose tajantemente de su rival. Y cerró con una advertencia contundente: “Estoy pensando en hacerle un juicio”.