El cineasta chino recupera a su musa y esposa, Zhao Tao, y Li Zhubin, protagonistas de 'Placeres desconocidos' (2002) y 'Naturaleza muerta' (2006), en esta cinta sobre una pareja y las segundas oportunidades.
Por Mariona Borrull
Para Fotogramas
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El reciclaje fílmico como retribución. De Jia Zhang-ke, para su musa y esposa Zhao Tao (y luego para Li Zhubin). Sus cuerpos jóvenes, radiantes en los vídeos antiguos, no pueden esconder la mella de la edad ante la definición imperdonable de las cámaras actuales. Al encontrarse de nuevo, sus ojos caerán en la concentración dolorosa de los amantes tardíos de David Lean… Por lo tanto, es un gesto de amor, de Jia para Zhao (y Li), coser una película con archivo ‘usado’ y devolverlo a la vida, asegurándonos que los guapos protagonistas de cintas como 'Placeres desconocidos' (2002) o 'Naturaleza muerta' (2006), sobre las que 'A la deriva' basa buena parte de su material, siguen estando allí.
Un acto de amor para sus actores, pero también para una China que construía su propia historia y que nunca fue solo telón de fondo. Un relato esponjoso y abierto, a la par con el mutismo de Zhao, que reniega del privilegio sempiterno de la trama por encima del contexto. En su lugar, queda una panorámica verdaderamente comunista, donde la ficción es una cuestión de foco y así los dramas de una pueden acarrearse entre todas.
Para mirar con afecto a los extras de tu vida.