El consumo cultural actual. Las salas de cine versus el consumo en plataformas de contenido. El visionado en dispositivos pequeños de filmes ideados para la gran pantalla. La vivencia colectiva de ver una película de un cine y la costumbre actual de ver individualmente contenidos audiovisuales.
Por Pablo Argañarás, Lic. en Cine y Televisión
El cine y las salas de cine han sido una parte fundamental de la cultura y el entretenimiento durante más de un siglo. A lo largo de los años, han resistido la competencia de diversas formas de entretenimiento, desde la televisión hasta el streaming en línea. Sin embargo, en el contexto actual de consumos audiovisuales en constante evolución, la pregunta sobre la perdurabilidad del cine y las salas de cine se ha vuelto cada vez más relevante.
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A pesar de los desafíos que enfrenta, el cine sigue siendo una forma de arte única y poderosa que continúa atrayendo a audiencias de todo el mundo. Las salas de cine ofrecen una experiencia inmersiva que no se puede replicar en casa, con pantallas gigantes, sonido envolvente y la oportunidad de disfrutar de una película en compañía de otros espectadores. Esta experiencia colectiva es algo que muchas personas valoran y que ha sido parte de la magia del cine desde sus inicios. El compartir con extraños un sitio a oscuras, una pantalla de grandes dimensiones, un sonido envolvente y quizás alguna risa o lágrima.
Sin embargo, en los últimos años, el auge de plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime Video y Disney+, entre muchas otras, ha cambiado drásticamente la forma en que consumimos contenido audiovisual. Cada vez más personas eligen ver películas y series desde la comodidad de sus hogares, lo que ha llevado a un declive en la asistencia a las salas de cine. La pandemia de COVID-19 aceleró esta tendencia, con cines cerrados y estrenos aplazados, lo que obligó a la industria del cine a adaptarse rápidamente a un nuevo panorama. En la actualidad se consumen películas en televisores, dispositivos móviles, notebooks, tablets, PCs y demás pantallas para las cuales los filmes no fueron ideados. No da lo mismo ver un film creado para pantalla de cine que en otra de pequeñas dimensiones, ya que los directores arman la sintaxis audiovisual para sala de cine. Por ejemplo el director elige filmar un paisaje en un plano general, y que los personajes caminen por allí, esto es una pantalla pequeña se pierde, como en la mayoría de los detalles que se omiten al ser visionada en un dispositivo pequeño.
En cuanto a la cuestión más humana, los consumos de contenido audiovisual por plataforma promueven el visionado personal y de esta manera se deja de lado la experiencia grupal de una sala de cine. La vivencia de poder conversar sobre lo visto y lo que generó la película. El hábito presencial promueve cuestiones culturales y humanas que el consumo en plataformas no lo hace. Las salas de cine pasan a ser enemigas para el marketing ya que atentan contra la venta de publicidad sectorizada y personalizada, quitando así el tiempo de venta a los potenciales consumidores que están en un cine. Si éstos consumieran el mismo contenido en un dispositivo personalizado, la publicidad y venta sería más efectiva que al estar en una sala.
A pesar de estos desafíos, muchas personas creen que el cine y las salas de cine seguirán siendo relevantes en el futuro. El auge del cine independiente y de festivales de cine demuestra que hay un público ávido de historias originales y de alta calidad que buscan experiencias cinematográficas únicas. Además, algunas películas, especialmente las producidas con tecnología de vanguardia como IMAX o 3D, siguen atrayendo a espectadores que buscan una experiencia visual impactante que solo se puede disfrutar en la gran pantalla.
Para mantener su relevancia en un mundo cada vez más digital, la industria del cine y las salas de cine tendrán que adaptarse y evolucionar. Esto podría incluir la adopción de nuevas tecnologías, la creación de experiencias interactivas y la experimentación con modelos de distribución innovadores. Al mismo tiempo, es importante recordar que la magia del cine radica en su capacidad para transportarnos a otros mundos y hacernos sentir emociones profundas, algo que no se perderá fácilmente en la era digital.
La perdurabilidad del cine y las salas de cine en el contexto actual de consumos audiovisuales es un tema complejo y en constante evolución. Aunque enfrentan grandes desafíos, el cine seguirá siendo una forma de arte poderosa y relevante para muchas personas en todo el mundo. La clave estará en adaptarse a un mundo en constante cambio sin perder de vista lo que hace que el cine sea tan especial: la capacidad de emocionar, inspirar y entretener a audiencias de todas las edades y orígenes.