El Ciclón pide 2.500.000 dólares, mientras que el Xeneize pretende cerrar la operación por la cláusula de salida —1.200.000 dólares— o, como mucho, una cifra levemente superior.
Tras cerrar el arribo de Marco Pellegrino, Boca apunta todos sus cañones a destrabar la negociación por Malcom Braida, aunque la operación entró en un terreno complicado. San Lorenzo pide 2.500.000 dólares, mientras que el Xeneize pretende cerrar la operación por la cláusula de salida —1.200.000 dólares— o, como mucho, una cifra levemente superior.
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El principal obstáculo es que Braida no accionaría la cláusula, en señal de respeto hacia el Ciclón, club en el que fue capitán y uno de los jugadores más valorados. Esto le impide a Boca forzar la situación, y deja la pelota en la cancha de San Lorenzo, que no está dispuesto a largarlo por menos de lo que considera justo.
En paralelo, el club de La Ribera ya tiene todo acordado con el jugador en lo contractual: firmaría por cuatro años. El problema sigue siendo el monto a pagarle a San Lorenzo, y en el Consejo de Fútbol no ven con buenos ojos desembolsar los 2.5 millones pretendidos.
Este fin de semana será decisivo. Boca quiere cerrar primero los papeles con el Milan por Pellegrino —ya acordaron una cifra de 3.500.000 dólares—, y luego presionar a San Lorenzo para que baje sus pretensiones.
El 10 de junio cierra el libro de inscripciones para el Mundial de Clubes, certamen en el que Boca integrará el Grupo C junto a Bayern Múnich, Benfica y Auckland City. El debut será el lunes 16 ante el equipo portugués, y en Brandsen 805 esperan que Braida pueda estar en ese estreno. Pero por ahora, la historia sigue en suspenso.