X
Opinión y Actualidad

José Mujica ha muerto

José Mujica fue el protagonista mayor de nuestras últimas seis décadas políticas. Quienes recuerdan sus orígenes blancos mencionan su militancia juvenil en el herrerismo y su cercanía al ministro Enrique Erro en el gobierno del Partido Nacional de 1959.

Hoy 07:54

Sin embargo, tanto para él como para una amplia generación de jóvenes de izquierda, la clave fue que en ese año también llegó al poder Fidel Castro en Cuba: se encendió así la chispa revolucionaria.

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

En los años 60, Mujica fue activo protagonista de los movimientos guerrilleros que dañaron profundamente la democracia ejemplar que por entonces era Uruguay. Sufrió luego la cárcel durante 12 años de dictadura.

Diputado en 1994 y a partir de 1999, elegido varias veces senador, fue construyendo el personaje de caudillo popular. Acumuló respaldos electorales allí donde la izquierda nunca había llegado masivamente: en las clases medias y populares del interior y en los barrios populares de Montevideo. El tiempo de su presidencia fue el de mayor bonanza internacional del que se tenga memoria. Hubo crecimiento del salario real y bajo desempleo. En paralelo, logró un éxito internacionalmente impar: su edulcorada leyenda cautivó; su calculada austeridad se elogió; sus simplistas sentencias se adularon. Empero, el reverso de la medalla fue la decepción: su gobierno, con graves episodios de corrupción, desperdició la oportunidad histórica de mejorar radicalmente la educación pública de las clases medias y populares, que son las que más necesitan forjarse un futuro de ascenso social y bienestar.

Sin su protagonismo en la campaña de 2014, jugando al límite de la violación de la Constitución, Vázquez no hubiera alcanzado las mayorías que le facilitaron luego ganar el balotaje. En su retiro del Senado, declaró que no cultivaba el odio, y efectivamente transcurrió sus últimos años haciendo prevalecer un sentido de Estado que, antes, nunca había conjugado. Con el tiempo, se justipreciará el enorme daño que él y su generación tupamara hicieron al país. Ojalá la izquierda también ponga en su verdadero lugar, sin ditirambos ni elegías, al personaje del Pepe.

Fuente: La Nación.