X
Opinión y Actualidad

Crítica de "Good Boy"

Los que han tenido la suerte de disfrutar de esta colección de rincones no dudarán en dotar a 'Good Boy' de dones que, para el resto, permanecerán ocultos.

22/10/2025

Por Ricardo Rosado
Para Fotogramas

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

La premisa de 'Good Boy', una de las películas más esperadas del Festival de Sitges en 2025, es tan potente que parece raro que nadie se hubiese lanzado ya a ello: sumérgete en una película de terror bajo el punto de vista de un perro. Y es que hay ideas que flotan a la deriva en un lynchiano océano de conciencia hasta que alguien decide arriesgar y descubrir si ha sido el primero por ingenio o por insensatez.

Ben Leonberg, responsable de la bravata, se ha lanzado a la aventura y, tras 400 días de rodaje junto a su colega Indy, ha logrado filmar esta historia de casa encantada sobre el miedo a la muerte en la que el absoluto protagonista va a cuatro patas. La fidelidad a la propuesta es total, dejando de lado en todo momento a los humanos que, siempre fuera de foco y en segundo plano, no son más que herramientas para aportar contexto al conjunto. Superado su genuino concepto, es curioso descubrir cómo pueden alargarse 72 minutos de metraje en los que un perro mira a diferentes esquinas.

Proyectos como 'I Am a Ghost (Soy un fantasma)' (H.P. Mendoza, 2012), 'A Ghost Story' (David Lowery, 2017) e incluso la reciente 'Presence' (Steven Soderbergh, 2024) requieren algo de suerte por parte de un espectador que puede entrar en su juego o tener la desgracia de ser expulsado, pero independientemente de cuál sea el caso, es indudable señalar la complejidad y poderosa construcción detrás de sus propuestas. Por su parte, la inerte fotografía y repetitiva edición de 'Good Boy' acompañan a la perdida mirada de Indy mientras atisbamos un ruido aquí y otro allá, subrayando una y otra vez la lealtad del protagonista con un humano al que una sombra ha venido a buscar mientras vigilamos, de  nuevo, una pared decepcionante. Como sucedió con 'Skinamarink' (Kyle Edward Ball, 2022), los que han tenido la  suerte de disfrutar de esta colección de rincones no dudarán en dotar al  conjunto de unos dones ocultos que, para los no afortunados, resultan francamente esquivos.