El presidente de la FIFA abrió la puerta a la disputa de una Copa del Mundo en suelo sudamericano, aunque no precisó de qué categoría.
En una visita que quedará marcada en la historia del fútbol boliviano, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, lanzó una declaración que encendió la esperanza de miles de fanáticos: “Vamos a traer un Mundial aquí, claro, por supuesto, vamos a ver, vamos a hablar de qué Mundial hablamos”.
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El dirigente suizo participó en los festejos por el centenario de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), donde estuvo acompañado por el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, y el recientemente electo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz. El anuncio, aunque sin precisiones, generó un fuerte impacto en todo el país andino.
Infantino no aclaró si su promesa se refería a un Mundial de mayores, juvenil o femenino, pero su mensaje bastó para desatar la emoción del público presente y del entorno futbolero boliviano.
El presidente de la FIFA explicó que este será solo el primer paso de una conversación que se abrirá oficialmente con el nuevo gobierno boliviano. “Vamos a conversar con el presidente electo sobre la posibilidad de organizar un Mundial en Bolivia”, indicó Infantino, dejando abierta la puerta a una histórica candidatura.
Si bien el respaldo del máximo dirigente del fútbol mundial resulta fundamental, la decisión final sobre las sedes de los torneos depende de una votación en la que participan más de 200 países afiliados a la FIFA, por lo que el proceso recién comienza.
El mensaje de Infantino llega en un contexto de entusiasmo general en Bolivia, impulsado por la clasificación de la selección nacional al repechaje para el Mundial 2026, que se disputará en marzo. Ese logro renovó la pasión de los hinchas y el orgullo por la camiseta verde.
El anuncio de Infantino no solo marca un gesto político y simbólico hacia Bolivia, sino que podría representar el inicio de un ambicioso proyecto deportivo que cambiaría para siempre la historia del fútbol en la altura.