El Millonario se juega una parada muy importante ante Independiente Rivadavia y el Muñeco trabaja para encontrar el equipo ideal.
River agotó su margen de error en esa fatídica racha de cuatro derrotas seguidas (además de las dos que lo dejaron afuera de la Copa Libertadores) y por eso cada partido hasta fin de año se presenta como decisivo.
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Y, sin dudas, el duelo ante Independiente Rivadavia del próximo viernes por las semifinales de Copa Argentina está entre los más importantes.
Durante esta semana, el Muñeco buscará delinear su once ideal para ese compromiso, con el objetivo de mantener abierta una de las dos vías que le quedan para clasificar a la próxima edición del torneo continental. Si bien la base titular está prácticamente definida, el DT mantiene dos dudas clave.
La primera pasa por el medio campo. Con el regreso de Marcos Acuña a la titularidad una vez que reciba el alta médica, la incógnita principal es la presencia de Enzo Pérez, quien lleva casi un mes de inactividad tras el corte en la rodilla que sufrió en la eliminación ante Palmeiras. Todo indica que el capitán millonario ocuparía un lugar en el banco de suplentes, aunque su evolución será determinante.
En ese contexto, Gallardo analiza quién acompañará a Kevin Castaño y Juan Carlos Portillo en la zona media. Santiago Lencina fue titular ante Talleres, pero Giuliano Galoppo aparece con serias chances de recuperar el puesto. También Ignacio Fernández asoma como una alternativa si el técnico busca mayor manejo y experiencia en el mediocampo.
El otro interrogante se encuentra en el ataque. Maximiliano Salas tiene asegurado su lugar, pero el DT aún no definió quién será su acompañante. Sebastián Driussi llega de un flojo rendimiento en Córdoba, mientras que su reemplazante, Facundo Colidio, fue clave para sellar el triunfo ante la T. Entre ambos saldrá el segundo punta, con Juan Fernando Quintero actuando como enlace.
River sabe que no tiene más margen para fallar. El duelo ante Independiente Rivadavia no solo será una semifinal de Copa Argentina: será también una prueba de carácter para un equipo que busca reencontrarse con su identidad y cerrar el año con una sonrisa.