Cundió la desesperación para que Santilli reemplazara a Reichardt al tope de la lista. ¿Por qué entonces la pusieron de segunda? Entre los K, nadie hace una autocrítica y parecen vírgenes de pasado político.
Por Silvia Fesquet
Para Clarín
HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO
Alguien va a tener que declarar a la Argentina país no apto para cardíacos. La semana que pasó fue una de las demostraciones más cabales. El inédito rescate de Estados Unidos, con la compra de pesos cuando se dudaba de los dólares para afrontar las dos últimas semanas antes de las elecciones ,y la confirmación del secretario del Tesoro, Scott Bessent, del swap por US$ 20 mil millones, el jueves permitieron un respiro - nunca se sabe hasta cuándo- a la taquicardia nacional.
Antes de eso el caso Espert había provocado un terremoto político con réplicas que aún se sienten. Varios días después de revelada su relación con Fred Machado, -acusado en Estados Unidos de narcotráfico, fraude y lavado de dinero y a la espera de ser extraditado a ese país-, después de las contradicciones en que incurrió el propio Espert tratando de explicar el vínculo con Machado y los US$ 200 mil que éste depositó en su cuenta , y aun después de haberle aceptado el domingo la renuncia como primer candidato de La Libertad Avanza en Provincia, el presidente Javier Milei seguía jurando que Espert era inocente y defendiendo a rajatabla su honorabilidad. ¿Sabrá el Presidente algo que los demás desconocemos?
Se sabe: casi de inmediato apareció en el allanamiento a Machado la copia del contrato con el ex candidato a diputado, no por US$ 200 mil sino por US$1millón.
Caído que fue Espert de la boleta libertaria, empezó la batalla por la sucesión en la lista. En segundo lugar, justo detrás del candidato renunciado y con foto a color junto a él, estaba Karen Reichardt, o como se vino a saber, Karina Celia Vázquez, tal su nombre de nacimiento.
Parece que la ex tapa de Playboy, ex actriz de Brigada Cola y actual referente del mundo mascotero estaba bárbara para ir de segunda pero nadie en su partido quería verla de primera. Finalmente, a pesar de idas, vueltas, apelaciones y los oficios arteros de un juez K, Diego Santilli, que se ubicaba tercero cómodo en la boleta, pasará a encabezarla, aunque aún no se sabe si habrá reimpresión. Si hubo tanta movida para desplazar a Reichardt, que en cualquier caso irá con fotito, ¿para qué la pusieron de segunda candidata?
Como sea, Santilli está por estos días, para Milei y las huestes libertarias, más requerido que un salvavidas en el Titanic.
En las filas opositoras las cosas no están mejor. El peronismo parece víctima de un súbito ataque de amnesia. Se rasgan las vestiduras ante el caso Espert y presuntos hechos de corrupción en el oficialismo sin hacer la menor autocrítica sobre los propios, ya probados y condenados por la Justicia en muchos casos, empezando por la mismísima Cristina Kirchner, que reapareció en un video filmado por su hijo Máximo caminando en la cinta, tobillera electrónica incluida, en su casa de Constitución. Lo que haga falta con tal de no perder protagonismo.
Otros candidatos K parecen olvidar sus responsabilidades en la crisis que heredó el gobierno de Milei. Jorge Taiana, primero por Fuerza Patria en Provincia, ex canciller y uno de los vacunados VIP en pandemia durante el gobierno de Alberto Fernández, se negó a definir a Venezuela como una dictadura, a pesar de las denuncias de torturas, desapariciones, cercenamiento de libertades y fraude en las elecciones que consagraron vencedora a la oposición y que Nicolás Maduro desconoció.
Candidato K a diputado, Juan Grabois, denunciante de las relaciones de Espert con Machado, que le reclamaba a aquél que se pusiera a disposición de la Justicia, se resiste a que un juez le abra el celular en la causa que se le sigue por la violenta toma del Instituto Perón.
El kirchnerismo parece haber puesto en pausa su campaña, obedeciendo aquello que repetía Napoleón: “No interrumpas a tu enemigo cuando se está equivocando”. ¿Pero por casa cómo andamos?