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Opinión y Actualidad

Los mercados argentinos frente a un cierre de trimestre marcado por contrastes

En la Argentina la volatilidad se reavivó ante las tensiones cambiarias, la corrección del Merval y el clima de cautela previo a las elecciones legislativas.

04/10/2025

Por Pedro Chavez Atia (*) para Diario Panorama

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El tercer trimestre del año finalizó con un escenario global de contrastes y un frente local condicionado por la política. Mientras el alivio externo provino de la moderación de la inflación y el inicio del ciclo de bajas de tasas en Estados Unidos, en la Argentina la volatilidad se reavivó ante las tensiones cambiarias, la corrección del Merval y el clima de cautela previo a las elecciones legislativas.

Panorama internacional: entre la desaceleración y el optimismo

El entusiasmo con el que concluyó el segundo trimestre en Estados Unidos mantuvo su impulso durante buena parte del tercero. Los temores a una recesión, alimentados por una creación de empleo más débil, llevaron a los inversores a anticipar una baja de tasas de interés reales. En ese contexto, la Reserva Federal decidió actuar de manera proactiva, recortando en septiembre 25 puntos básicos la tasa de referencia, en un movimiento que buscó sostener la independencia de la autoridad monetaria en medio de la incertidumbre política sobre su futura conducción.

A nivel global, el mercado mantuvo su sesgo hacia los activos de riesgo. El S&P 500 avanzó 13,2% en el año impulsado por la solidez de los sectores tecnológicos y de comunicación, liderados por empresas como Google y Meta. Sin embargo, la ganancia se concentró en pocos nombres, con un “mercado de dos velocidades” donde los primeros sectores promedian alzas de 15% y el resto apenas supera el 3%. En este contexto, los industriales y utilities comenzaron a captar el interés de los inversores, apoyados en la expansión del consumo energético y la relocalización de la producción.

En renta fija, la compresión de spreads volvió a los niveles de comienzos de año, sostenida por balances corporativos sólidos frente a un Tesoro estadounidense con déficits crecientes. La preferencia se mantuvo en el tramo medio de la curva, entre tres y cinco años, donde el riesgo por inflación persistente es menor. La Fed mantiene una postura prudente: se esperan dos recortes más en 2025, aunque con un ritmo más pausado. Las expectativas se ajustan a un escenario de inflación más resistente y un crecimiento más lento, lo que limita el margen de alivio monetario.

Mercados emergentes y materias primas

Los mercados emergentes conservaron un rol protagónico dentro de las carteras globales. Su posición estratégica en el desarrollo de la inteligencia artificial y la transición energética, junto con la debilidad del dólar, sostuvo el atractivo relativo de estas economías. En este contexto, el oro volvió a consolidarse como activo diversificador, mientras el debilitamiento del dólar ofreció soporte adicional a los commodities.

La recomposición gradual del consumo y la resiliencia de la actividad empresarial evitaron un escenario recesivo. Aun así, la moderación en los precios de vivienda, los costos automotrices en alza y los servicios más firmes explican que la inflación interanual en Estados Unidos se mantenga en torno al 2,9%, con un PCE que no alcanzaría el objetivo del 2% antes de 2028.

El escenario argentino: política, volatilidad y expectativas

En el plano local, el trimestre estuvo signado por tensiones financieras y señales mixtas de política económica. Las declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anticipando apoyo al país, y el posterior mensaje de Kristalina Georgieva confirmando conversaciones con Washington para el uso de DEGs norteamericanos, dieron algo de oxígeno a la deuda soberana en dólares. Los bonos globales avanzaron entre 2,5% y 4,1% en la jornada final del trimestre, destacándose el GD41 y el GD46, aunque sin recuperar completamente las pérdidas previas.

El Merval logró cerrar el trimestre con una suba diaria del 2,1%, alcanzando los USD 1.189, pero acumuló una caída semanal del 2,7%. En tanto, el tipo de cambio oficial permaneció estable en torno a $1.424,5, aunque el spot subió 7,4% frente a la semana anterior. La presión cambiaria se mantuvo elevada pese a la intervención del Banco Central y al ingreso de divisas del agro.

El mercado local asimiló también la eliminación de las LEFIs, una medida que desancló expectativas y elevó la volatilidad en las tasas. La liquidez liberada se desplazó hacia encajes y LECAPs, generando inicialmente expectativas de compresión de tasas y mayor demanda de dólares. Con el correr de las semanas, el BCRA adoptó un enfoque más pragmático, participando activamente en las ruedas simultáneas de BYMA para reducir la volatilidad. Aun así, la curva en pesos se mantuvo tensionada, y las tasas de los bonos CER y de tasa fija registraron fuertes alzas en todos los tramos.

Tasas, deuda y perspectivas cambiarias

El tramo largo de la curva de tasa fija continúa mostrando oportunidades para perfiles especulativos, mientras que los títulos duales ofrecen cobertura ante la volatilidad. Los bonos CER, con rendimientos cercanos a máximos históricos, se presentan como una alternativa interesante para inversores con horizonte de mediano plazo, incluso considerando los riesgos electorales.

Las expectativas de devaluación aumentaron en las últimas ruedas del trimestre, aunque en los primeros días del cuarto trimestre las tasas implícitas comenzaron a retroceder. Monitorear estrategias sintéticas de tasa en pesos o en dólares puede ser atractivo a corto plazo, mientras el mercado ajusta su cobertura de cara a un posible cambio del régimen cambiario.

En el frente externo, las reservas internacionales se movieron entre USD 39.000 y USD 43.000 millones. La meta de acumulación pactada con el FMI no se cumplió, y persisten dudas sobre la sostenibilidad del esquema de bandas cambiarias, dado que el sector público se mantiene como principal oferente de divisas.

Deuda y riesgo político

La deuda soberana en dólares fue una de las más afectadas tras las elecciones anticipadas en la provincia de Buenos Aires, que reavivaron temores sobre un eventual retorno del populismo. El resultado electoral derivó en un fuerte salto del riesgo país y en ventas de reservas por parte del BCRA. A corto plazo, el posible swap con Estados Unidos podría garantizar los pagos inmediatos, pero la gobernabilidad y la sostenibilidad fiscal continúan en el centro de las preocupaciones. En este contexto, la cautela sigue siendo la recomendación dominante hasta que el panorama político se clarifique.

Riesgos hacia adelante

El mercado local enfrenta cuatro grandes riesgos de corto y mediano plazo. El primero, las elecciones legislativas, que podrían definir la capacidad del Gobierno para sostener el rumbo económico. El segundo, la implementación de reformas estructurales, que aun con un resultado favorable en las urnas enfrenta obstáculos en el Congreso. El tercero, las tensiones con gobernadores, que amenazan el consenso político necesario para sostener el superávit fiscal. Y el cuarto, el riesgo asociado al cambio del esquema monetario-cambiario, cuya implementación requerirá precisión y respaldo de reservas para evitar episodios de inestabilidad.

A tener en cuenta

El tercer trimestre cerró con señales dispares: optimismo externo por la baja de tasas y tensiones locales derivadas del proceso electoral. Los próximos meses serán clave para confirmar si el proceso de estabilización puede sostenerse o si el mercado volverá a entrar en una fase de mayor volatilidad. Con los ojos puestos en la evolución del tipo de cambio, la inflación y la política monetaria, los inversores mantienen una postura prudente, buscando equilibrio entre riesgo y oportunidad en un contexto todavía frágil pero con potencial de recuperación.

(*) Por Pedro Chavez Atia AP 2057 – Comisión Nacional de Valores (CNV) – República Argentina.

*Aclaración: El objetivo del presente es brindar a su destinatario información general, y no constituye, de ningún modo, oferta, invitación o recomendación para la compra o venta de los valores negociables y/o de los instrumentos financieros mencionados en él.