El técnico de la Selección Argentina recordó en su biografía oficial el origen de su pasión bostera, se rindió a los pies de un volante aguerrido y hasta confesó haberse colado en la popular del Riachuelo.
No es un secreto que Lionel Scaloni fue, desde chico, un ferviente hincha de Boca Juniors. Aunque el paso del tiempo y su carrera como futbolista y entrenador lo llevaron a tomar distancia de la pasión por un club, el actual campeón del mundo con la Selección Argentina volvió a recordar en su biografía oficial cómo nació su amor por el Xeneize.
En el libro escrito por el periodista Diego Borinsky, Scaloni contó que el responsable de su vínculo con Boca fue su abuelo: “Con Mauro nos hicimos hinchas de Boca por el abuelo Deolindo con el que convivíamos”. Una elección que contrastaba con el resto de su familia, ya que su padre era hincha de River y su madre se inclinaba por Rosario Central.
A pesar de esa diferencia, su papá los acompañaba al estadio: “Mi viejo nos llevaba a ver a Boca siendo de River porque si nos veía felices, él también lo estaba. A veces nos compraba entradas Barulich y otras nos metíamos de colados por un amigo que tenía en la puerta de la popular del Riachuelo. Nos hacía pasar”, recordó el técnico de Pujato.
Scaloni también estuvo presente en uno de los días más recordados de la historia reciente de Boca: el empate 1-1 ante San Martín de Tucumán en 1992, que le permitió al equipo de Óscar Tabárez cortar una sequía de once años y dar la vuelta olímpica en la Bombonera. “Estuve el día del gol de Benetti cuando Boca fue campeón en el ‘92”, rememoró.
En cuanto a sus referentes, el DT campeón de América y del mundo reveló su admiración por uno de los símbolos del mediocampo xeneize de los ’90: “Mi ídolo de chico era Giunta porque yo corría y metía como loco. Toda la vida hice la de ir al piso a barrer, era una jugada típica mía. Y en esa época, Giunta era un símbolo”. También confesó que seguía de cerca a otro volante de carácter: Fabián Carrizo.
Más allá del paso del tiempo, Scaloni guarda intacto aquel recuerdo de la Bombonera, de su abuelo y de la pasión que lo marcó en sus primeros pasos en el fútbol.