El equilibrio fiscal "no se negocia", el fracaso no se menciona.
Por Raúl Dellatorre
Para Página 12
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Seguramente el mensaje de Javier Milei al anunciar el envío al Congreso del Presupuesto Nacional 2026 no tenía como principal destinatario a la población, a la que aludió, que siguen padeciendo los sufrimientos y que "no perciben" los beneficios de la política oficial. A ellos, simplemente le agradeció el esfuerzo realizado y les prometió que "lo peor ya pasó". En cambio, a quienes sí estaba dirigido el mensaje oficial es a las autoridades del Fondo Monetario Internacional, a quienes les garantizó que no se desviará del plan de ajuste severo que viene cumpliendo, bajo el objetivo sagrado del equilibrio fiscal. Ese "rumbo escrito sobre piedra" le dedicó todos sus esfuerzos discursivos y elogios hacia lo que calificó como "el único camino" virtuoso.
En la lógica del gobierno, si se convence al FMI de que lo que está haciendo la actual gestión es lo correcto, la consecuencia inmediata será que los actores de las finanzas locales sigan el mismo camino y le devuelvan al gobierno la confianza que han demostrado que le perdieron en las últimas semanas. En este caso, no hubo alusión directa. Mucho menos, a la suerte corrida por el programa cambiario hasta el momento ni explicación alguna por su fracaso.
No hubo novedades en el mensaje. Pero sí alusión a los sectores castigados por la política de ajuste y que han presentado combate en las calles en los últimos meses. Por ejemplo, dijo Milei que los jubilados y pensionados recibirán un aumento en la partida que le corresponde del 5 por ciento por sobre el nivel de la inflación. A la educación, le asignará un presupuesto incrementado en un 8 por ciento, y a la salud, en un 17 por ciento sobre la inflación. Incluso refirió que el presupuesto del año entrante prevé asignar 4,8 billones a las universidades.
Con estos valores, aseguró Milei, se verifica que "el 85 por ciento del presupuesto se destina a educación, salud y jubilaciones, con aumentos reales en todas las partidas".
Una afirmación que deja serias dudas, puesto que los aumentos anunciados serían sobre la tasa de inflación prevista para el año 2026. Según trascendidos periodísticos, ya que no se dio a conocer la planilla con las proyecciones macroeconómicas para el año entrante, esa inflación prevista sería de un optimista 15 por ciento. Más allá de las sospechas de que es una proyección bastante difícil de cumplir dadas las tensiones cambiarias pendientes (expectativas de devaluación, en otras palabras), lo que opinan los representantes de los sectores afectados es que estos anuncios de aumentos ni siquiera compensan la pérdida del año 2025, por una inflación que superará en más de 10 puntos a la inicialmente estimada.
En efecto, mientras que la inflación prevista en el presupuesto 2025 fue del 18,3 por ciento, esa magnitud ya fue superada en los primeros ocho meses del año y las expectativas del mercado relevadas por el Banco Central señalan que la cifra se aproximaría al 30 por ciento anual una vez concluído el año.
La última revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional fijaba las metas para 2026 quizás en un escalón más alto al que ahora se aspira a llegar. Sin embargo, las estimaciones periodísticas indicaban que se mantiene en el nuevo proyecto de presupuesto la expectativa de crecimiento para el año 2026 en el 4,5 por ciento.
El superavit fiscal primario, es decir la diferencia entre ingresos y gastos antes del pago de intereses, debería alcanzar al equivalente a 2,2 puntos del producto bruto. Ese excedente debería ser aplicado al pago de deudas, dejando un resultado "en el peor de los casos" dijo Milei, de déficit cero o de equilibrio fiscal pleno.
El presidente de la Nación no sólo resaltó al objetivo del equilibrio fiscal como "la única cosa de la que depende el futuro del país", sino que además aseguró que el cumplimiento de ese compromiso "le garantiza al país un crecimiento incalculable".
No obstante esa expresión, se animó a calcularlo. Señaló que "la hoja de ruta" del gobierno es que manteniendo el compromiso del equilibrio fiscal el país alcanzaría una base de crecimiento del 5 por ciento anual. Si a ello le sumara las reformas que el gobierno planea llevar adelante (previsional, laboral y tributaria), esa base se elevaría al 7,8 por ciento anual. Y proyectó que, con esos resultados, Argentina estaría en veinte años "entre los países más ricos del mundo", y en 30 años "entre las potencias mundiales".
Entre los puntos destacados por Milei y con mayor probabilidad de que lo cumpla, hay que destacar la mención de que el gasto nacional de 2026 será "el más bajo en los últimos 30 años como proporción del PBI", manteniendo la prohibición de financiamiento del Tesoro vía Banco Central, y la vigencia de la regla de estabilidad fiscal, según la cual si cayeran los ingresos fiscales por cualquier razón, debería ajustarse el gasto para mantener el resultado fiscal previsto.
Según las cifras que se conocieron, que conforman el articulado que acompaña el Proyecto de Presupuesto Nacional (no se divulgaron las planillas anexas), el total de gastos previstos para el año asciende a 148,07 billones (millones de millones) de pesos. En su distribución se destaca que, al pago de la deuda pública, se destina aproximadamente la décima parte: 14,12 billones. A servicios sociales (incluye gastos previsionales, salud y educación, entre otros), 106,5 billones de pesos. El resto se distribuye entre Servicios económicos (incluye los subsidios a servicios públicos y otras transferencias), 11,5 billones de pesos; Defensa y Seguridad, con 7,11 billones, y Administración gubernamental, 8,86 billones de pesos.
Los recursos o ingresos públicos suman 148,3 billones de pesos, principalmente recursos corrientes (recaudación tributaria y contribuciones) por 147,9 billones, y el resto, casi 400 mil millones de pesos, correspondientes a Recursos de capital.