Se trata de un camino hacia la autonomía, el empoderamiento y la calma.
El hipnoparto se está convirtiendo en una opción cada vez más popular entre las mujeres embarazadas, gracias a su capacidad para transformar el proceso de parto en una experiencia más positiva, consciente y menos dolorosa. Este método, que utiliza herramientas como la autohipnosis, la relajación y la visualización, busca cambiar la percepción del parto, promoviendo la calma, la confianza y la conexión con el cuerpo durante todo el proceso.
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El hipnoparto, popularizado en los años 80 por Marie Mongan a través de su libro HypnoBirthing: The Mongan Method, se basa en la idea de que el cuerpo sabe cómo parir, y que la mente puede ser una aliada para facilitar ese proceso. Las técnicas empleadas incluyen autohipnosis, respiración consciente, afirmaciones positivas y visualizaciones, que ayudan a reducir la tensión y el miedo, dos factores que según el obstetra Grantly Dick-Read intensifican el dolor durante el parto.
Las licenciadas Alejandra Garibotto y Analía Cabral, parteras y educadoras prenatales que lideran talleres en Argentina, explican que el hipnoparto interrumpe el "ciclo miedo-tensión-dolor", lo que permite que el cuerpo funcione de manera más natural y eficiente durante el parto. Además, lo consideran un proceso que debe ser trabajado durante todo el embarazo, no solo en las sesiones, sino también en la práctica diaria.
Una característica esencial del hipnoparto es el papel activo del acompañante. Si bien muchas veces es la pareja, también puede ser cualquier persona significativa para la gestante. Su función es ayudar a crear un ambiente de calma y sostenimiento emocional, recordando las herramientas aprendidas y asegurándose de que la mujer se sienta acompañada y en control. “El acompañante se convierte en una presencia activa, no solo un espectador. Su rol es fundamental para recuperar el foco durante el trabajo de parto”, explican Garibotto y Cabral.
A diferencia de otros métodos que prometen la eliminación total del dolor, el hipnoparto ofrece una nueva forma de percibirlo. “El dolor no se ve como un enemigo, sino como un aliado. La idea es atravesarlo con calma, sin temerle, y con la certeza de que el cuerpo está diseñado para soportarlo”, señalan las profesionales.
Si bien la investigación sobre el hipnoparto aún está en desarrollo, varios estudios recientes han mostrado que la hipnosis aplicada durante la preparación para el parto ayuda a reducir la percepción del dolor, mejora la experiencia general del nacimiento y disminuye el miedo. Los testimonios de las mujeres que han practicado este método confirman que, además de una reducción del dolor, el parto se vive como una experiencia empoderadora y transformadora, tanto a nivel físico como emocional.
“Las mujeres que atraviesan el embarazo practicando hipnoparto se sienten más conectadas con su cuerpo y con el bebé, y muchas veces notan una mayor confianza para maternar y una menor ansiedad durante las primeras horas de vida del bebé”, aseguran Garibotto y Cabral.
El hipnoparto también invita a las mujeres a mirar hacia atrás, hacia las experiencias previas o los miedos heredados de generaciones pasadas. Según Garibotto, muchas veces los relatos sobre el parto que nos han contado nuestras madres o abuelas pueden estar grabados en el inconsciente, y el hipnoparto permite “reconocer y transformar esos miedos”. Se trata de reescribir la narrativa del parto, transformando lo que históricamente ha sido visto como una experiencia de dolor y vulnerabilidad en una de fortaleza y conexión.
El hipnoparto es más que un conjunto de técnicas para reducir el dolor, es una transformación profunda que involucra tanto el cuerpo como la mente. En lugar de sentirse como una víctima del proceso, la mujer se convierte en la protagonista de su propio nacimiento, empoderada, confiada y conectada con su fuerza interna.
El hipnoparto ofrece un camino hacia un parto más humano y respetado, donde la mujer es tratada como una persona capaz de tomar decisiones sobre su propio cuerpo, en lugar de ser solo un sujeto pasivo en el proceso. Como resumen, las educadoras del método concluyen: “Todo lo que necesitamos para parir ya lo llevamos dentro. Solo necesitamos recordarlo”.
Este enfoque busca un cambio de paradigma, donde cada mujer pueda ser dueña de su experiencia de parto, tomando las riendas de su historia y asegurándose de que el nacimiento sea una experiencia positiva para ella y su bebé.