X
Opinión y Actualidad

Audios: se busca al filtrador pero del pecado no se habla

El 73,2% considera que el escándalo de los audios es entre “muy grave” y “algo grave”. Un 81% opina que el Presidente debería dar una respuesta pública explicando lo ocurrido.

01/09/2025

Por Silvia Fesquet
Para Clarín

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

La Real Academia Española la define como “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”. Y la explicación cuadra perfecto para describir el fenómeno que, en 2023, llevó a Javier Milei a la Presidencia. El enorme caudal de votos que en el balotaje le dio la victoria sobre Sergio Massa reflejó el hartazgo con la inflación desbocada, el desmanejo de la economía con “plan platita” para todos y todas, una inseguridad galopante, una corrupción escandalosa. Confianza, la palabra en cuestión, fue la catapulta que depositó a La Libertad Avanza y su discurso anticasta en la Casa Rosada.

Poco más de año y medio después, es justamente ese atributo crucial el que parece resquebrajarse sin que nadie atine a reparar las rajaduras. Los audios filtrados de Diego Spagnuolo, el eyectado director de la Agencia Nacional de Discapacidad, hablando sobre presuntas coimas en la compra de medicamentos, que involucrarían a Lule Menem y a Karina Milei, abrieron una Caja de Pandora cuyo fondo hasta ahora no se vislumbra.

Máxime cuando a esas grabaciones se sumó otra, aparentemente hecha en la mismísima Casa Rosada, donde se escucha hablando a la propia hermana presidencial. Nada que la incrimine; en rigor, de esos audios se desprende la cantidad de horas que trabaja y su compromiso con la gestión. Sólo que no dejan de ser una preocupante advertencia: “Hola, Karina, te estamos grabando, por ahora va esto pero puede haber más”, sería la amenaza.

Ante la revelación de este audio, diligentes, Diego Santilli y otros salieron a pedir cárcel para los autores de la grabación clandestina. Y, como ocurrió con las filtraciones de Spagnuolo, toda la dedicación estuvo puesta en tratar de dilucidar quién fue el traidor/a que registró las conversaciones, quién las difundió, a quién beneficia, cómo juega en la interna oficialista, y etcéteras varios

De lo que casi nadie habla es del fondo de la cuestión. Más allá de poner las manos en un metafórico fuego, y del modo cuestionable en que se obtuvieron las grabaciones, lo que se dice en ellas, ¿es cierto o no?

Algunas encuestas, en los últimos días, avanzan sobre el tema. Según un relevamiento de Management& Fit, el 73,2% de los consultados considera que lo referido al caso Spagnuolo es entre muy grave (66,9%) y algo grave (6,3%), y para el 56,1%, este hecho modifica su nivel de confianza en la gestión del gobierno de Milei. Un 81% considera que el Presidente debería dar una respuesta pública explicando lo ocurrido. De todos modos, el 82,6% dice que lo sucedido no modifica su voto de cara a las elecciones legislativas de este año: esto aumenta entre varones, menores de 40 años, y el nivel educativo bajo. Que podría modificarlo contestó un 16,2%; aquí aumenta la proporción entre mujeres.

En otro relevamiento, de Zuban Córdoba, el 65,5% consideró que “Karina Milei y los Menem deberían renunciar a los cargos que tienen en el Gobierno y dejar que la Justicia los investigue; un 60% opinó que estas sospechas de corrupción han debilitado al Gobierno y para un 61,9% las “respuestas brindadas hasta el momento por el Gobierno no han sido ni creíbles ni convincentes”. La encuesta se hizo del 27 al 28 de agosto. Sólo un 10,5% de quienes pensaban votarlo manifestó que dejará de hacerlo en virtud del escándalo  de los audios.

Aunque la Argentina es el reino de la incertidumbre y lo imprevisto, es probable que el escándalo de los audios no termine impactando fuertemente en las cercanas elecciones legislativas. Hay cuerdas que no conviene tensar. El Gobierno tiene una oportunidad única de demostrar que los anticasta no son, al final, la casta más pura. Y, también, de recordar aquello de Maquiavelo: “La naturaleza de los  pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerlos de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos”.

TEMAS Karina Milei