Este indicador determina la disponibilidad de nutrientes, la actividad biológica y el correcto desarrollo de las especies.
En el mundo de la jardinería y la agricultura, uno de los conceptos más mencionados es el pH del suelo, un parámetro fundamental para entender cómo crecen las plantas y por qué a veces no prosperan a pesar de recibir agua y luz en cantidad adecuada.
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De acuerdo con la Royal Horticultural Society (RHS) del Reino Unido, el pH es una escala de 0 a 14 que indica el nivel de acidez o alcalinidad del terreno. Un valor de 7 es neutro; por debajo, el suelo se considera ácido y por encima, alcalino. Cada número en la escala implica un cambio diez veces mayor en acidez o alcalinidad, lo que muestra la gran diferencia que puede haber entre un suelo y otro.
¿Por qué es importante para las plantas?
El pH determina si los nutrientes del suelo están disponibles o bloqueados para las raíces.
El pH también incide en la actividad biológica del suelo: los microorganismos encargados de descomponer la materia orgánica y liberar nutrientes como el nitrógeno funcionan mejor en suelos ligeramente ácidos o neutros. Si el terreno es muy ácido, esa actividad se reduce y con ella la fertilidad natural.
¿Cómo saber si el suelo es ácido o alcalino?
Existen diferentes métodos:
Conocer el pH del suelo puede parecer un detalle técnico, pero en realidad es una herramienta sencilla para mejorar el cuidado de jardines y huertas, ya que permite ajustar el riego, elegir el tipo de fertilizante correcto e incluso seleccionar las especies más adecuadas para cada terreno.