Los Red Devils lograron su primer triunfo en la Premier League. El equipo de Rubén Amorim salió del pozo tras un arranque complicado y dejó atrás la eliminación en la Carabao Cup.
El Manchester United consiguió un respiro en Old Trafford. Tras un arranque turbulento de temporada y la dura eliminación en la Carabao Cup frente al modesto Grimsby Town, los dirigidos por Ruben Amorim vencieron 3-2 a Burnley por la tercera fecha de la Premier League y sumaron su primera victoria en el torneo. El gol decisivo llegó en tiempo de descuento, desde el punto de penal, con la firma de Bruno Fernandes.
El United mostró otra cara en la primera mitad: tuvo posesión, intensidad y mayor claridad que en sus presentaciones anteriores. Se fue al descanso ganando gracias a un gol en contra de Josh Cullen, que puso en ventaja a los locales. Sin embargo, la visita reaccionó en el complemento y a los 55 minutos, Lyle Foster definió tras una gran jugada colectiva para el 1-1.
La alegría del Burnley duró poco. En la siguiente jugada, Diogo Dalot desbordó por izquierda y asistió a Bryan Mbeumo, que devolvió la ventaja a los Red Devils con el 2-1. Pero el partido siguió siendo cambiante: tras un gol anulado por un offside ajustado, Jaidon Anthony igualó nuevamente para los Clarets, poniendo en suspenso el resultado.
Cuando parecía que el empate era inevitable, llegó la jugada clave. En el tiempo agregado, el árbitro sancionó un penal polémico que Bruno Fernandes convirtió con categoría para sellar el 3-2 final. El triunfo le permite al United tomar aire y encarar la próxima fecha con más confianza, dejando atrás las dudas de un inicio de temporada irregular.