Con goles de Merentiel y Cavani, el elenco de Russo se impuso por 2 a 0 ante el Taladro mostrando cosas positivas en el juego, en el marco de la 6ª fecha del Torneo Clausura.
La evolución de Boca Juniors es evidente y cada vez más notoria a los ojos de los hinchas. Tras semanas de irregularidad, el equipo de Miguel Ángel Russo mostró en la Bombonera ante Banfield al imponerse por 2 a 0 con un rendimiento más sólido, con dominio territorial y circulación de la pelota, consolidando un estilo que hasta ahora no se había visto con otros entrenadores recientes.
El partido fue, en gran parte, un monólogo xeneize. Con presión alta, la línea de cuatro avanzada y paciencia para encontrar los espacios, Boca buscó permanentemente el arco rival. La dupla central titular encontró solidez y Paredes recuperó rasgos de su versión más creativa, asociándose con Palacios y acompañando a los delanteros en los momentos clave.
Las oportunidades de gol no faltaron: paredes conectó paredes con Cavani, asistió en desbordes y remató de media distancia, mientras que Merentiel, Pellegrino y Blanco también tuvieron chances claras. La insistencia se tradujo finalmente en goles: un córner que encontró la cabeza de Battaglia, el travesaño y luego la definición de Cavani pusieron cifras finales y liberaron la presión de un partido que, pese a la ventaja, exigió concentración.
Este triunfo demuestra que Boca ya no depende solo de la lucha y el desgaste físico, como había pasado ante Independiente Rivadavia, sino que ahora cuenta con un juego más asociado, generación de chances y convicción ofensiva. El equipo exhibe señales de crecimiento y el público disfrutó de un plantel que promete dar aún más.