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La plaza Libertad volvió a convertirse en el gran punto de encuentro de los santiagueños. En la noche de la vigilia por los 472 años de la Madre de Ciudades, miles de vecinos y turistas le pusieron color, calor y emoción a una celebración que ya es tradición en el corazón de la ciudad.
El público fue protagonista de una noche inolvidable. Familias enteras, grupos de amigos, niños y abuelos se acercaron desde temprano para disfrutar de la música, el baile y el abrazo colectivo que cada 24 de julio vuelve a unir a Santiago con su historia.