El Xeneize volvió a decepcionar y quedó afuera en 16avos ante Atlético Tucumán. El DT habló de "cosas buenas", apuntó al árbitro y evitó autocrítica. Diez partidos sin ganar y un presente oscuro para el club.
La ilusión se desmorona en tiempo récord. Apenas un mes después de un inicio ilusionante en el Mundial de Clubes, Boca atraviesa una crisis que preocupa cada vez más. La dura eliminación en 16avos de final de la Copa Argentina ante Atlético Tucumán expuso otra vez a un equipo sin ideas, sin identidad y con un entrenador que no encuentra respuestas. Ni siquiera la llegada de Leandro Paredes logró cambiar el panorama.
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“Es duro todo, la derrota, la eliminación. Hay cosas buenas... El primer gol es foul a Paredes y el referí no cobra nada”, dijo Miguel Ángel Russo tras la caída, poniendo el foco en una jugada puntual y sin asumir el mal momento colectivo. En varias oportunidades de la conferencia de prensa, el DT repitió su queja: “Me quedo con el foul a Paredes, lo tiran, el referí estaba al lado… era otra cosa”.
Pero más allá de la polémica arbitral, la realidad es contundente: Boca lleva diez partidos sin ganar, igualando su peor racha histórica. Eliminado en la fase preliminar de la Copa Libertadores, en cuartos del Torneo Apertura, afuera en la fase de grupos del Mundial de Clubes y ahora despedido en la segunda ronda de Copa Argentina. Un equipo que no reacciona y parece haber perdido el rumbo.
“Esto se levanta hablando… me gustó el equipo”, insistió Russo, aferrándose a una lectura que sorprendió a propios y extraños. “Nos faltó convertir, nada más”, agregó. Sin embargo, el rendimiento futbolístico fue muy pobre y ni siquiera mostró rebeldía ante un rival que lo superó con orden y actitud.
Consultado por el caso Carlos Palacios, otro tema caliente en la semana, el entrenador evitó profundizar: “Yo del tema de Palacios no voy a hablar…”.
Pese a todo, Russo volvió a respaldar a varios de sus jugadores: destacó el partido de Fabra, bancó a Barinaga y ponderó el aporte de Advíncula. “Tenemos un buen plantel, no se nos dan los resultados. El fútbol argentino no existe en otro lugar, hay que buscarle la forma”, cerró.
El domingo ante Huracán, Boca tendrá otra prueba. Pero ya no hay margen para excusas. La paciencia empieza a agotarse y el ciclo Russo, en su tercera etapa, camina al borde del abismo.