Lo que muchas veces parece una simple costumbre puede tener, en realidad, un trasfondo psicológico interesante.
Seguramente conocés a alguien que camina siempre apurado, aunque no tenga ningún lugar urgente al que llegar. O tal vez sos vos quien va a paso firme y veloz por la vida. Lo que muchas veces parece una simple costumbre puede tener, en realidad, un trasfondo psicológico interesante. ¿Qué dice la psicología sobre caminar rápido?
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La forma en la que caminamos no es solo una cuestión física. De hecho, los psicólogos descubrieron que nuestro ritmo al andar puede revelar bastante sobre cómo somos y cómo nos sentimos.
Si bien todos alguna vez aceleramos el paso porque llegamos tarde o tenemos poco tiempo, lo que realmente llama la atención es el ritmo habitual, ese que repetimos incluso sin darnos cuenta.
¿Qué dice la psicología sobre quienes caminan rápido?
Según estudios en el campo de la psicología, caminar rápido está relacionado con una personalidad activa, decidida y orientada a objetivos. Las personas que suelen moverse a paso ligero tienden a ser enérgicas, extrovertidas y proactivas. Les gusta ir al grano, aprovechar el tiempo y sienten una necesidad constante de estar haciendo algo.
Es común que sean personas que planifican, que tienen objetivos claros y no pierden el tiempo. Incluso, en muchos casos, pueden mostrarse impacientes o intolerantes a la lentitud, tanto en ellas mismas como en los demás.
Sin embargo, no todo es tan positivo. La psicología también señala que caminar muy rápido puede ser una manifestación física de ansiedad o estrés acumulado. Ese apuro constante a veces refleja una mente inquieta, que busca “descargar” tensión a través del movimiento.
Así como algunos mueven una pierna sin parar cuando están nerviosos, otros caminan rápido para liberar esa incomodidad interna. También puede estar relacionado con la sensación de que no alcanza el tiempo, algo muy frecuente en personas que viven bajo presión o con muchas responsabilidades.
Otros significados psicológicos de caminar rápido
Además de la energía o el estrés, hay otros motivos psicológicos que pueden explicar por qué una persona camina rápido:
- Necesidad de control: caminar rápido puede ser una forma de marcar territorio, de moverse sin interrupciones y mantener el control sobre el tiempo y el espacio propio.
- Impaciencia o perfeccionismo: quienes no toleran demoras o errores suelen moverse rápido, como si quisieran “ganarle” al reloj.
- Seguridad en uno mismo: caminar con paso firme puede transmitir confianza, especialmente en ambientes laborales o situaciones sociales donde se quiere mostrar autoridad.
- Emociones intensas: estados como el entusiasmo, la bronca o la determinación también pueden reflejarse en un ritmo acelerado al andar.