El vocero y candidato libertario salió primero, pero sin dudas el gran ganador fue el ausentismo como fenómeno que parece extenderse en estas elecciones de medio término. Leandro Santoro obtuvo una votación dentro de lo que se esperaba, pero la caída del PRO lo dejó en segundo lugar, detrás de Manuel Adorni, que se quedó con la mayoría del voto antiperonista.
Por Luis Bruschtein
Para Página 12
HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO
El ausentismo fue el mayor desde el retorno de la democracia, cerca del 50 por ciento. Santoro ganó en los distritos del Sur de la ciudad, los que tienen población más humilde y al mismo tiempo con más peso histórico del peronismo.
En esos distritos también se verificó un alto ausentismo, al igual que en otros que han sido históricamente baluarte del macrismo, como Recoleta. Debatir sobre las ausencias ha sido un lugar común de la psicología, pero en este caso es materia de la política con lecturas diversas.
Para algunos, el elector ausente es en su mayoría el voto a Javier Milei de sectores humildes. Son los que más han sido golpeados por las políticas del gobierno. Es un voto dolido, que antes de elegir a Milei, se sintió defraudado por el peronismo. Y ahora, acorralado por la crisis, no se interesó por estas elecciones, donde no encontró una oferta que lo convocara.
La otra lectura alude a que, Santoro, el candidato del peronismo no era peronista lo que habría funcionado como un factor limitante. Pero el resultado de Santoro estuvo dentro de los esperado. Si la disputa entre los libertarios y el PRO hubiera sido más pareja, hubiera salido primero. Al alcanzar Adorni el doble de los votos que Silvia Lospennato, esa disputa quedó liquidada y le alcanzó al vocero presidencial para ocupar la punta.
El elevado ausentismo constituye el gran agujero negro de la política, el fenómeno que deja abiertos muchos interrogantes. En cualquier país se puede funcionar con ese grado de desinterés por la política. Es un factor que siempre favorece a los que defienden los intereses de las elites y por esa razón no es un resultado azaroso, sino buscado por esos intereses.
Las propuestas populares se enfrentan al desafío de volver a convocar a los desilusionados, a reconvertir la política como herramienta de cambio real y restituirle la capacidad de ofrecer respuesta a los problemas de las grandes mayorías. De hecho, el ausentismo es más un ámbito de propuestas opositoras que oficialistas. Para esos sectores, este oficialismo no tiene nada que ofrecerles.
El PRO perdió por primera vez en 20 años una elección en CABA, que es el único distrito donde gobierna. Los hermanos Milei están decididos a liquidarlo y quedarse con el monopolio de la representación de las propuestas conservadoras y antiperonistas. Con este resultado, el PRO perdió el control de la Legislatura por lo que Jorge Macri tendrá dificultades para gobernar. Los libertarios quieren una rendición incondicional del PRO. No lo van a dejar herido.
Silvia Lospennato y Mauricio Macri se quejaron de la campaña sucia que realizaron los libertarios, sobre todo por la circulación de un meme en las redes en el que Macri llamaba a votar a Adorni. Pero el que introdujo esas campañas de difamación y mentiras como argumento principal de la política fue el macrismo con la complicidad de la corporación mediática y de funcionarios judiciales. Campañas de falsas denuncias de corrupción, de falsas noticias e incluso de falsas encuestas para confundir a los ciudadanos.
“Se robaron dos PBI”, “La morsa” y denuncias falsas sobre el padre de Daniel Filmus han sido algunos de los “éxitos” de esas campañas sucias. Han sido el aporte del PRO para alejar de la política a la gente al convertirla en una cancha embarrada. En todo caso, no es casual que en este caso, los libertarios estén asesorados por los mismos que lo hicieron con el PRO, cuando tenía como asesor a la consultora de Durán Barba.
Los resultados en CABA se traducirán directamente en las idas y venidas entre libertarios y macristas en la provincia de Buenos Aires, donde se producirá la madre de las batallas donde la política deberá intentar atraer a ese sector que ha demostrado que perdió expectativas de que la política pueda mejorar su situación.