El sacerdote y teólogo analizó en Radio Panorama el perfil del nuevo pontífice, destacando su formación agustiniana, su humildad y su experiencia pastoral en zonas rurales del Perú.
El sacerdote Julián Cueva, profesor de teología, ofreció su visión en diálogo con Radio Panorama sobre la reciente elección de León XIV como nuevo Papa, tras el fallecimiento de Francisco.
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“Era un cardenal poco nombrado, del que no se conocía mucho. Su biografía indica que nació en Norteamérica, aunque pasó gran parte de su vida fuera del país, en tareas misioneras principalmente en Perú, en zonas inhóspitas. Tiene incorporada la idiosincrasia latinoamericana. Que pertenezca a la orden de San Agustín dice mucho de él: los agustinos tienen una espiritualidad muy profunda, centrada en la búsqueda de Jesucristo en el interior, y creo que eso lo va a transmitir en su pontificado”, expresó Cueva.
Respecto de sus primeras palabras como Sumo Pontífice, el teólogo destacó: “Han dado la impresión de transmitir paz. Vivimos en un mundo de ansiedad, preocupaciones y turbaciones, como dijo Jesucristo. Y en su primer saludo nos deseó que la paz esté con nosotros. Eso es justamente lo que anhelamos”.
El padre Cueva destacó la humildad y la preparación del Papa León XIV. Fotos: Rocío Bravo.
El padre Cueva subrayó además las cualidades personales del nuevo Papa: “La carta de presentación de León XIV es su vida de oración. Es un hombre prudente, humilde, aunque muy preparado intelectualmente. Es políglota y doctor en Derecho Canónico. Más allá de las posturas que proponen insertar en la Iglesia análisis sociológicos, debemos pensar que el Espíritu Santo inspiró a los cardenales para darnos un Papa misionero, con años de experiencia en el Perú. Escuché una opinión que decía que su fuerza se manifiesta en la compasión, en esa capacidad de comprender y estar al lado del otro”.
Finalmente, el religioso consideró que el legado del Papa Francisco “va a continuar, evidentemente. Cada pontífice sigue el legado del anterior. Los Papas del siglo XX nos hacen caminar sobre hombros de gigantes. La Iglesia continúa propagando el mensaje de Jesucristo con fidelidad, retomando lo que Francisco y los demás pontífices han brindado, profundizando sin rupturas, con continuidad. La Iglesia puede adaptar sus métodos y expresiones, pero no el Evangelio, que es único. Francisco nos hablaba con palabras más gráficas, que acercaban la Iglesia al servicio del hombre”.