X
Regionales

Investigan denuncias de abusos sexuales contra mujeres internadas en un hospital de Córdoba

Es en el Rawson, especializado en enfermedades infectocontagiosas. Uno de los casos ocurrió a mediados del 2024 y llegó a la Justicia antes de que la mujer falleciera.

10/04/2025

¿Hay un violador suelto en un hospital de esta ciudad? El Rawson, establecimiento provincial de alta complejidad muy vinculado a las especializaciones en enfermedades infectocontagiosas, está en el centro de la polémica. En los últimos diez días sumó dos denuncias de abuso sexual de sendas pacientes que son prácticamente incapaces de comunicarse.

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

El primer caso salió a luz hace una semana y es el de una mujer que está internada hace 50 días y le escribió un mensaje a su esposo alertándolo de lo que padecía; el otro es de 2024; lo denunció el padre de una enferma que falleció en julio pasado.

El punto en común entre ambas denuncias es que las presuntas víctimas sufrían cuadros médicos de inflamación cerebral, lo que puede provocar dificultades para comunicarse, confusiones y alucinaciones. Las dos estaban en condiciones de extrema vulnerabilidad.

Los hechos son similares al del caso reportado en enero en Mendoza, en el que Evelyn Daiana Carrera. Su madre reveló que en diciembre la joven le escribió en una servilleta que estaba siendo abusada sexualmente y que el violador, presuntamente, era un enfermero de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Central de Mendoza que la atacó sexualmente mientras agonizaba.

Hace una semana, una mujer de 34 años internada en terapia intensiva en el Rawson por complicaciones derivadas del lupus le escribió a su pareja: “Esta noche me van a violar”. No podía hablar por la severidad de la encefalitis que atravesaba. El hombre avisó a la médica de guardia y, por consejo de los policías que hacen guardia en el lugar, presentó la denuncia en el Polo de la Mujer.

Además, las autoridades del Rawson remitieron el caso al Ministerio de Salud, consignando la nómina de personal que trabajó en esos días. La directora del hospital, Claudia Toledo, planteó que la presunta víctima está en la sala de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), “un espacio bastante concurrido donde hay mucha circulación, muchos enfermeros”. En el lugar no hay cámaras.

Después de la denuncia, Toledo dispuso una custodia 24 horas en la sala y permitió que un familiar la acompañe. Además, junto al Ministerio, se resolvió redistribuir el personal y hacer un listado de quienes tienen acceso autorizado.

La fiscal Ingrid Vago investiga los hechos, pero hasta el momento no se identificó a quien amenazó o efectivamente abusó de la mujer. Los peritajes en marcha apuntan a determinar si la violación se consumó.

Según su historia clínica, la paciente -cuya identidad se preserva- padece un cuadro de lupus agravado por una infección de encefalitis (enfermedad producida por la picadura de un mosquito). Cuando escribió la nota sufría de afectación neurosensitiva y tenía momentos de “desconexión” de la realidad.

Ayer, a una semana de que trascendiera la otra denuncia, el padre de otra mujer que falleció a mediados del año pasado, contó que ella le informó que la estaban violando. Débora Cardozo tenía 36 años y fue internada con un cuadro severo de meningitis, agravado por un estado inmunodepresivo originado por su enfermedad de base.

Gustavo Cardozo, su padre, hizo la denuncia el 10 de julio del 2023 (12 días antes de la muerte de su hija) en la fiscalía de Delito Sexual a cargo de Juan Ávila Echenique. En diálogo con diario La Nación, planteó que “en los últimos tiempos avanzó la investigación. Se han tomado testimoniales, dos en estos días. Además, se revisaron las imágenes de las cámaras de seguridad”.

También remarcó que tiene “el dato de otra mujer internada que le contó a sus hijos que fue violada y no le creyeron porque pensaron que estaba bajo efecto de la medicación. Puede haber más casos, ojalá se animen a contarlos”. También precisó que cuando su hija le informa, no dijo “nada” en el hospital “por temor, por miedo a que la dejaran morir. Días después fuimos directamente a la Justicia”.

Según el relato del padre, por las dificultades que Débora tenía para hablar por la traqueotomía y por los efectos de la medicación, el 3 de junio le empezó a indicar “mediante señas o balbuceo” que había sido violada. “A través de garabatos, de señas que me hacía con su dedito sobre la sábana, fuimos deletreando la palabra violación”. Con la misma estrategia dio a entender que el abusador tenía rasgos norteños y que era un enfermero del turno noche. “Tres veces” en la visita le reiteró el hecho y, cuando él se iba, ella “tenía una carita de pánico”.

Cardozo insistió ante este diario en “los patrones en común” que tienen el caso de su hija con el del que se conoció en los últimos días. Él no conoce ni ha tenido contacto con esa familia, aunque espera poder comunicarse en algún momento “para aunar fuerzas”. Tampoco nadie del Rawson lo llamó.

Fuente: diario La Nación.