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Fue condenado tras haber asesinado a golpes a su madre: "A este dolor lo voy a llevar siempre"

Marcos Bottaro fue condenado a prisión perpetua. Previo al veredicto, dijo sus últimas palabras y le dedicó una escalofriante frase.

14/11/2024

Marcos Bottaro fue condenado a prisión perpetua este martes por haber asesinado a golpes a su madre, Olga Bernardi, el 5 de enero en la ciudad cordobesa de Alta Gracia. Previo al veredicto, dijo sus últimas palabras y le dedicó una escalofriante frase.

Bottaro había protagonizado varios hechos de violencia contra su madre que habían sido expuestos por los propios vecinos del barrio Villa Oviedo. El último fue el 3 de enero y, por la brutal golpiza, su madre fue internada de urgencia en el Hospital zonal Arturo Illia. Dos días después, falleció.

El hijo de la víctima confesó el crimen ni bien comenzó la investigación que llevó adelante la fiscalía de Alta Gracia, a cargo del fiscal Alejandro Peralta Otonello. Por este motivo, Bottaro quedó detenido en la cárcel de Bouwer a la espera del juicio.

La Cámara en lo Criminal y Correccional de 7° Nominación condenó al hombre de 38 años por el delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género”. La investigación la había llevado adelante la fiscalía de Alta Gracia.

Previo a que la Justicia dictara el veredicto, Bottaro mostró su arrepentimiento por el crimen y dejó una frase que dejó perplejos a los presentes: “Mi condena no pasa por estar encerrado, a este dolor lo voy a llevar siempre”.

El camino a la sentencia tuvo algunas idas y vueltas con respecto a la gravedad de la condena. Pese a un acuerdo previo entre la Fiscalía, el acusado y la defensa, esta última cuestionó la constitucionalidad de la prisión perpetua sin posibilidad de salidas anticipadas.

El defensor de Bottaro argumentó que la pena dictada por la Justicia violaba los derechos humanos y aseguró que la forma de castigo no solo era excesiva, sino que también infligía los derechos fundamentales de los individuos. La solicitud fue rechazada por el fiscal debido a que el Código Penal establece que para ciertos delitos no se permite la salida anticipada.

Al mismo tiempo, solicitaron que el acusado reciba tratamiento psicológico específico con orientación en violencia de género y participe en actividades laborales como parte de su rehabilitación, según reveló Mi Valle Medios.

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La muerte de Olga Bernardi pudo haberse evitado debido a la gran cantidad de antecedentes de violencia que hubo en el interior de la casa ubicada sobre la calle 24 de septiembre del barrio Villa Oviedo, en Alta Gracia.

Los testigos, en su mayoría vecinos de la víctima, relataron que la maestra jardinera jubilada sufría constantes situaciones de agresión verbal y física por parte de su hijo, que vivía con ella y se encontraba desempleado.

“Ella no quería denunciarlo al hijo, pero hace muchísimo tiempo que sufría violencia,” había revelado una vecina de Olga. Tal era la violencia, que los propios vecinos se encargaron de visibilizar la situación a través de las redes sociales.

En comunicados que publicaron en Facebook, los testigos denunciaron que un familiar era el que golpeaba a la jubilada. Pero a pesar de que el hecho era de público conocimiento, no se presentó ninguna denuncia formal antes del crimen.

“Le ofrecí llevarla al hospital para que la curaran y a la Policía para hacer la denuncia”, dijo otra vecina en una de las tantas publicaciones de redes sociales. Sin embargo, la mujer no quiso denunciar por temor.

Este dato también fue constatado por fuentes judiciales al diario La Voz: “Se deja expresa constancia que no existían denuncias ni actuaciones previas, por delitos o hechos de violencia familiar, denunciados por parte de la damnificada en contra de su hijo”.

Olga no fue la única víctima de Bottaro, la abuela del condenado también sufrió golpes. “Hace dos o tres años atrás ellos vivían con una abuela, a la que también le pegaba. Estaba quebrada y a veces con los ojos morados, un día vimos como la entraba agarrándola de los pelos”, reveló una allegada a Bernardi.