Este ajuste se diferencia de la baja de principios de octubre, cuando YPF recortó los precios de la nafta en un 1% y los del gasoil en un 2%.
Noviembre llega con un nuevo ajuste en el precio de los combustibles. Los valores de la nafta y el gasoil tendrán aumentos en torno al 4%, que se aplicarán a partir del viernes de esta semana, vinculados al movimiento del tipo de cambio y a la suba del valor internacional del petróleo.
Si bien no hubo un anuncio oficial, en el sector confirman que los ajustes de los precios de las naftas y el diésel serán, en promedio, del 4%, aunque podría haber algunos rubros con incrementos algo mayores.
En principio, esa cifra surge del ajuste que se aplicará para equiparar el movimiento del dólar oficial, que sube mensualmente 2% según el ritmo del crawling peg que aplica el Banco Central, y el componente impositivo.
Es el movimiento inverso al que ocurrió en octubre. En el mes anterior, la caída en el precio del Brent llevó a YPF a anunciar una baja del 1% en las naftas y del 2% en el gasoil. La petrolera bajo control estatal, actor mayoritario en este segmento, dio el primer paso, y luego fue replicado por sus competidores.
“Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie tiene que subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores ni los consumidores a nosotros. En consecuencia, si el precio del crudo internacional sube, el precio de los combustibles localmente va a subir. Si el precio baja, vamos a bajar”, dijo en su momento Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, al explicar la primera baja nominal en el precio de los combustibles del país en casi seis años.
Desde entonces, los valores de YPF en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) son: $1048 la nafta súper; la premium, $1296; el gasoil súper, $1062; y el premium, $1307.
En el último año, el precio de los combustibles subió 340% en CABA, número superior a la inflación interanual. Esto se debió, en primer lugar, al objetivo de YPF de cerrar la brecha de costos entre el barril criollo y el de paridad de exportación. También hubo variación entre los ajustes de los precios de las estaciones de servicio del AMBA y las de otras provincias. Existía una brecha entre ambas (los valores eran más altos en el interior) y otra de las intenciones de la petrolera fue avanzar en la eliminación de esa distancia.
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Por otro lado, el aumento de 340% en los precios de los combustibles se debe a que el Gobierno aumentó los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que habían quedado sin actualización durante 10 trimestres consecutivos, desde julio de 2021, durante la gestión anterior. Estos impuestos deberían actualizarse cada tres meses según la inflación acumulada del trimestre anterior, de acuerdo con lo establecido por el decreto 501, de mayo de 2018, pero la regla había dejado de aplicarse para que el dato mensual de inflación fuera menor.
En 2021, los impuestos a los combustibles explicaban un 30% del valor en surtidor. En enero de 2024, luego del congelamiento que aplicó el gobierno anterior, solo pesaban un 3%. Ahora, con los sucesivos aumentos aplicados desde febrero, explican el 18% del precio en surtidor, según cálculos de Gustavo Lopetegui, exsecretario de Energía y exvicejefe de Gabinete.