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Estacionaron en la puerta de su garaje y dejó en el auto una carta con un “regalito”

Ocurrió en Salta. Un vecino reaccionó al estilo Relatos Salvajes.

06/09/2021

Estacionar tapando el garaje de una casa es una costumbre tan lamentable como habitual en la Argentina. Y de vez en cuando algún vecino pierde la paciencia y reacciona. Se han visto rayones, carteles, vidrios rotos, escritos en aerosol y muchos otros “regalitos”.

La última reacción viralizada fue la de un vecino de Salta al que le estacionaron en la puerta de entrada a su garaje, bloqueando el ingreso y el egreso del mismo.

Cansado de que la situación se diera una y otra vez (al parecer, es habitual que los autos se detengan en ese lugar), el hombre en cuestión decidió tomar cartas en el asunto y desparramó yerba usada por el parabrisas del vehículo, donde también dejó un mensaje escrito.

No bien se observa la foto, lo primero que parece es un “regalo escatológico”, al mejor estilo Relatos Salvajes. Pero el dueño de la casa no fue tan lejos. La imagen resultará de gran disgusto para más de una persona, aunque lo cierto es que no es más que yerba vieja.

En el parabrisas del auto también había una carta en papel, con un mensaje (estaba escrito por completo en mayúscula) que decía: “Cochera privada. No se puede estacionar. Cualquier problema llamar al...”. Si llamó o no el dueño del auto a ese número no se sabe, pero el vecino parecía dispuesto a seguirla personalmente.

auto auto

Como suele ocurrir, el hecho levantó la polémica en las redes sociales y se abrió una grieta muy habitual. Por una parte, están quienes consideran que la reacción del vecino es excesiva y que no está bien llevar a cabo la “justicia por mano propia”, ya que quien debería castigar al conductor no es él, sino la policía de tránsito. Y por otra, quienes están muy a favor del hecho o consideran que “se quedó corto” ante tamaña falta de respeto, ya que la ley de tránsito es clara y como ciudadanos estamos obligados a dejar libres las entradas y salidas de las cocheras.

Lo cierto es que, más allá de que se puede estar a favor o en contra de esta represalia, el vecino no llevó a cabo un castigo dañino. No rayó la chapa ni rompió los vidrios, como ocurre en otras ocasiones. Con tan solo una lavada, el dueño del auto dejará el hecho atrás y todo quedará en una anécdota. Eso sí: es muy probable que no vuelva a dejarlo en el mismo lugar.