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Opinión y Actualidad

Crítica de "Te veo", la nueva película de suspenso de Netflix

Si hay algo fascinante en “Te veo” es su mirada social, que coloca en una extraña convivencia a adinerados y excluidos.

03/05/2021

Por Sebastián Pimentel
Para El Comercio

Las primeras imágenes de “Te veo” muestran a un chiquillo que atraviesa un bosque en bicicleta. De pronto, sale volando por los aires, como si una entidad paranormal lo hubiera jalado desde atrás. Viene un corte, y vamos a conocer un hogar acomodado de un típico condado norteamericano, donde pareciera que no faltara nada. No obstante, luego nos daremos cuenta que la familia Harper se sostiene en meras apariencias.

“Te veo” es lo que, en la jerga cinéfila, podría llamarse una “serie B”. Salvo Helen Hunt, como Jackie Harper, la afligida esposa del policía de investigación Greg Harper (Jon Tenney), no hay estrellas que eleven demasiado un presupuesto pequeño de acuerdo a los estándares de Hollywood. Y, como a veces sucede con directores talentosos tras las cámaras, en este filme pequeño abundan ideas fílmicas y sutilezas artísticas.

El realizador, Adam Randall, juega con las apariencias de las imágenes, y al inicio nos hace creer que estamos ante un filme de fantasmas. Se suceden una serie de eventos extraños en esa casa modélica, con su confort y prístinos arreglos, dignos de una pareja de profesionales exitosos. Pero ese idilio material, así como el clima soleado del lugar, no hacen más que enmascarar una familia rota, una profunda tristeza.

En efecto, a los pocos minutos nos enteramos que Jackie ha sido infiel a su marido y, a pesar de que está arrepentida, ni el marido, ni el único hijo ya adolescente (Judah Lewis), están dispuestos a perdonar su falta. A la vez, Greg está inmerso en el misterio de las desapariciones de unos chicos del condado, a lo que se suma el hallazgo del cadáver de uno de ellos, que fue asesinado.

Como habrán advertido algunos, el título parece no expresar ninguna de estas líneas argumentales. Y es que falta mencionar lo medular del filme: la incursión, en la casa de los Harper, de una pareja de jóvenes conformada por Mindi (Libe Barer) y Alec (Owen Teague): amigos que hacen phrogging, práctica de vivir a escondidas en el sótano de una vivienda ajena. Algo parecido vimos en la célebre “Parasite” (2019), de Bong Joon Ho. A diferencia de “Parasite”, que es más ambiciosa y abarcadora, Randall hace un rápido viaje de prestidigitación visual que da diferentes perspectivas de los mismos hechos, concretamente tres puntos de vista —el de los padres; el de los chicos escondidos en la casa, que filman todo con su cámara de video; y la neutral, que subsume ambas—.

Casi como renovando esa experiencia de asombro cognitivo que significa ver las cosas desde diferentes ángulos, como en “Rashomon”, “Ciudadano Kane”, o “Pulp Fiction”, “Te veo” busca un espectador activo, que no deje de reconsiderar lo que ve. Es un ejercicio de voyeurismo y, también, de puesta en cuestión de valores, donde los villanos pueden convertirse en héroes.

Pero si hay algo fascinante en “Te veo”, más allá de sus trucos narratológicos y su perspectivismo —que tampoco es demasiado novedoso—, es su mirada social, que coloca en una extraña convivencia a adinerados y excluidos. Desde coordenadas estéticas muy diferentes, este filme se emparenta con la oscarizada “Nomadland”. Ambas, junto con “Parasite”, captan ese nuevo mundo en el que una buena casa, un lugar de abundancia, se convierte en el lujo de unos pocos. Fetiche y sustento físico a ser tomado desde una vivencia fantasmal, perversa y trágica. Y, por último, en “Te veo” también se cierne ese lado siniestro de la psique que, pese a ser invisible, no tiene nada de fantástico ni ilusorio.