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Marzo de 2024
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Revista

Por qué es tan atrapante “Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil”

La docuserie se mete con la trágica historia de Elisa Lam, el halo de “maldición” que tiene ese lugar y las diferentes teorías de un video “infernal”.

20/02/2021

Uno de los directores más relevantes del cine, Steven Spielberg, fue muy claro cuando le preguntaron por qué ve películas. En una entrevista de hace unos años con el diario El País, respondió: “Me gusta perderme. Y perder el control. Cuanto mejor es, más pierdo el control. Me convierto en un jugador en el escenario de otro”. Lo que le pasa al cineasta es similar a lo que puede llegar a experimentar el espectador a medida que pasan uno a uno los cuatro episodios de Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil. Con cada giro, explicación, confesión e información que aparece en el documental, el público se mete de lleno en una trama llena de muerte, misterio y desidia. Un combo ideal para quedarse atrapado.

El creador del documental no es uno más. Joe Berlinger es el hombre detrás de Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy, una docuserie que generó mucho impacto en el momento de su estreno.

De hecho le fue tan bien, que el cineasta hizo la película de ficción, protagonizada por Zac Efron, Ted Bundy: durmiendo con el asesino. Su expertise fue tomada por los productores para construir un relato audiovisual en el que se entrelazan los testimonios, con material de archivo y, sobre todo, varias recreaciones con un estilo definido.

Para retratar la misteriosa desaparición de la estudiante canadiense de 21 años Elisa Lam del Hotel Cecil de Los Ángeles en febrero de 2013, Berlinger mezcló dos estilos bien definidos.

Por un lado, los testimonios de los policías que investigaron el caso, exempleados del lugar, exhuéspedes y varios de los youtubers que rompieron Internet con las teorías más disparatadas. Pero por el otro, a cada una de las palabras de alguien le corresponde una foto o video de archivo, o bien una recreación, una forma muy similar al documental sobre Bundy. La ficcionalización no aparece así nomás: el plano detalle, el fuera de foco y el slow motion imperan en las secuencias que se entrelazan entre los reportajes.

El video donde se vio por última vez a Elisa Lam

Se abre la puerta del ascensor. Elisa Lam, vestida con una abrigo rojo, se agacha a ver el panel. Se aleja. Por sus movimientos, parece que del lado del pasillo hay alguien. La chica se ubica en el vértice del cubículo mecánico. Sale. Se asoma y ve para los dos lados. Sus movimientos son extravagantes. Desaparece de cuadro. Vuelve a entrar en la pantalla. Las manos un giro extraño. Vuelve a tocar todos los botones de los pisos. La puerta sigue abierta. Parece que habla con otra persona. Se va hacia la izquierda. Se cierra la puerta.

Esa fue la última vez que se vio con vida a Elisa Lam. El video, subido a YouTube en la cuenta de Dennis Romero, sigue colgado igual que el primer día y ya tiene más de 29 millones de visualizaciones. El estremecedor clip, difundido por la policía días después de que no se supiera más nada de la estudiante, fue el disparador para múltiples teorías que el documental enumera una tras otra.

El Hotel Cecil y su historia “maldita”

Pero el clip no es el único elemento que llama la atención. Toda la historia del Hotel Cecil parece sacada de una película de terror. Construido en 1924, con la idea de ser un lugar donde se hospedaran turistas, el lugar se fue transformando en un refugio de delincuentes, violadores, asesinos y violentos.

Las dimensiones internas y la gran cantidad de habitaciones hizo que se hiciera muy difícil para los conserjes mantener la seguridad dentro de su estructura. Con ese contexto, las hipótesis sobre el destino de Elisa Lam en la web fueron variadas.

No es tan común que los documentales tengan subtramas. Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil mete la lupa en la vida de uno de los asesinos seriales más crueles de los Estados Unidos que pasó por ese lugar. Se trata de Richard Ramírez, conocido como “Night Stalker (Acechador Nocturno)”, que mató y violó durante más de un año, entre 1984 y 1985.

Como guarida usaba la mole de cemento emplazada en Los Ángeles: nadie se enteraba de lo que hacía por más que volviera manchado con sangre de sus víctimas. Este asesino serial, en 1989, cuando tenía 29 años, fue condenado por 13 asesinatos, cinco intentos de homicidio, 11 agresiones sexuales y 14 robos. Murió en 2013.

La revelación de la manera en la que encontraron a Elisa Lam en la terraza del hotel expone como nunca a los detectives del caso que, con hidalguía, se enfrentaron a las cámaras. Ninguno de los que dieron su testimonio está cómodo. Se sienten mal por lo que sufrió la familia de la joven y, más que nada, por haber tardado en darse cuenta de que la chica estaba atrapada allí, en un tanque de agua.

Berlinger tuvo mucha muñeca para, en el final de los episodios, poner un cliffhanger justo en cada lugar: el video “maldito”, el hallazgo y un cantante satánico que se transforma en un inédito sospechoso. Así, logra que el espectador siga mirando y se meta como nunca en la historia. Algo que aman los cinéfilos, como Steven Spielberg.