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Según un nuevo estudio, el bruxismo de vigilia podría tener un lado positivo

Un estudio de investigadores españoles halló que el bruxismo de vigilia podría tener un costado positivo.

15/01/2021

El bruxismo (apretar o rechinar los dientes) puede provocar problemas dentales o mandibulares que incluyen desde dolor hasta desgaste y destrucción de las piezas y alteración de la articulación. Pero ahora, un trabajo de un equipo de investigadores del Departamento de Psicobiología y Metodología en Ciencias del Comportamiento de la Universidad Complutense de Madrid halló que el que se produce durante la vigilia (es decir, estando despiertos) puede desempeñar un papel positivo en el afrontamiento del estrés y contribuir a liberar tensión.

Es que si bien se lo suele asociar a una actividad involuntaria que se produce al dormir, el bruxismo también puede ocurrir estando despiertos.

El bruxismo despierto es una actividad de los músculos masticatorios durante la vigilia, que se caracteriza por el contacto repetitivo o sostenido de los dientes y/o por el refuerzo o empuje de la mandíbula; mientras que el bruxismo del sueño se caracteriza por ser una actividad rítmica (fásica) o no rítmica (tónica), explican los investigadores en un artículo publicado en Frontiers in Neurology. Hay personas que presentan ambos cuadros. El bruxismo del sueño es más frecuente: según estudios de prevalencia, afecta aproximadamente al 16,5% de la población, mientras que el bruxismo despierto alcanzaría al 5%.

Algunos trabajos recientes, destacan los autores, indican que la mera presencia de bruxismo (de vigilia o del sueño) no debe considerarse patológica en sí misma en individuos sanos, sino más bien como un riesgo para otras consecuencias negativas para la salud. Además, en algunas personas, incluso podría tener consecuencias positivas, señalan.

"El bruxismo puede desempeñar un papel positivo al ser una forma de liberar estrés que contribuye a un mejor afrontamiento del mismo", explica Xabier Soto Goñi, investigador de la Universidad Complutense y primer autor del estudio.

De la investigación participaron 68 estudiantes universitarios, una población en la que la prevalencia del bruxismo es mucho más alta, alcanzando el 37,9% para el bruxismo despierto y el 31,8% para el bruxismo del sueño. Los voluntarios, de entre 17 y 31 años, se dividieron en dos grupos, uno integrado por los que presentaban bruxismo de vigilia y el otro por no bruxistas. Todos respondieron una serie de cuestionarios psicológicos sobre ansiedad, depresión, personalidad y afrontamiento al estrés, y las puntuaciones fueron comparadas empleando análisis estadísticos.

Aunque los participantes del estudio con bruxismo de vigilia mostraron mayores niveles de ansiedad, somatización y neuroticismo, también presentaron estrategias de afrontamiento más adaptadas que el otro grupo, lo que reforzaría la hipótesis de que la masticación libera tensiones, según los investigadores.

La investigadora Teresa Sánchez, del departamento de Odontología Conservadora y Prótesis de la Universidad Complutense y coautora del estudio, recordó, no obstante, que el bruxismo "es un factor de riesgo en el desarrollo de trastornos temporomandibulares, un conjunto heterogéneo de afecciones neuromusculares que constituyen el segundo problema musculoesquelético más común".

Soto Goñi, en tanto, precisó que, aunque su etiología continúa sin estar clara, el bruxismo se relacionó en numerosos estudios con niveles elevados de estrés, ansiedad o depresión.

Los investigadores reconocieron limitaciones en el estudio y señalaron que, si bien los datos obtenidos apoyan la implicación de los factores psicológicos en el bruxismo, el hallazgo debe ser confirmado en investigaciones futuras que evalúen muestras más grandes y representativas y que permitan reconocer la naturaleza del bruxismo, distinguir entre los subtipos y relacionarlos con diversos factores psicosociológicos, incluidas las estrategias de afrontamiento.

Fuente: diario Clarín.