El profesional destacó que en Santiago no se debió recurrir a este método porque no hubo enfermos graves. Es un procedimiento usado por un médico argentino en 1971.
El médico infectólogo Oscar Gallardo Director de Coordinación de Servicios Médicos, dialogó con Noticiero 7 y se refirió al tratamiento con plasma (personas que ya se recuperaron) para infectados de coronavirus. El profesional destacó que por fortuna en Santiago no hubo que recurrir a este método porque no hubo enfermos graves.
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“Es un tratamiento compasivo, es (en realidad) una alternativa que todavía no está normado ni autorizado” y que el procedimiento “es histórico con una experiencia nacional, donde un médico argentino de apellido Maiztegui que a partir de una enfermedad (ver apartado) pensó que aquellos individuos que se recuperaban quedaban inmunizados, que se podían sacar los anticuerpos de esos individuos y trasladarlos a un paciente enfermo, y curarlos. Lo aplicó y tuvo éxito en esa oportunidad” explicó el Dr. Oscar Gallardo.
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En cuanto a la aplicación de este u otros tratamientos indicó que aún no hay algo estandarizado y único para tratar a este virus y destacó que “hablamos de un virus que no tiene un tratamiento normatizado, todos los tratamientos que se ofrezcan y tengan una base sólida en lo inmediato se utilizan” dado que aún quedan muchas incógnitas en torno al Covid-19 “porque el mismo virus produce una enfermedad leve, una moderada y una grave” donde una persona puede pasar sin mayores síntomas o en apenas 24 horas estar en grave estado sin tiempo a que organismo se defienda “¿depende del virus o del individuo?, parece que del individuo” indicó el profesional y por último resaltó “por suerte aquí no hubo necesidad de usar este método, que es solo recomendable para aquellos que están graves”.
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Julio Isidro Maiztegui fue un médico e investigador argentino. Trabajó en la creación de la vacuna contra la fiebre hemorrágica argentina, también conocida como “Mal de los rastrojos”.
En 1971 dentro de sus investigaciones sobre la fiebre hemorrágica argentina logró demostrar que la mortalidad del 30% de los pacientes que presentaban la enfermedad se reducía solo al 3% si esos pacientes eran tratados con plasma de personas ya enfermas antes del octavo día de haber contraído el mal.
Es de allí que deriva la idea de tratar con plasma de pacientes recuperados del Covid-19, a otros que se encuentran en grave estado.