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El video que grabó Barreda antes de morir y el hecho que podría haber cambiado todo

El cuádruple femicida, fallecido hace pocos días atrás, realizó una serie de confesiones a su biógrafo Pablo Martí que sorprendieron.

28/05/2020

Ricardo Barreda ya no está, y con él se fue el misterio del porqué de su momento de furia, cuando decidió matar a su esposa, sus dos hijas y su suegra en una casona de La Plata, en 1992. Con 85 años, el odontólogo falleció hace pocos días atrás en un geriátrico de José C.Paz donde estaba internado y al que lo iba a visitar el escritor Pablo Martí, quien se convirtió en el último biógrafo del cuádruple femicida.

Pero ahora, difundieron un video de Barreda pocos días antes de morir, en donde se lo puede ver bastante deteriorado, enviándole un saludo a Martí, con una enfermera fuera de cámara que lo va invitando a hablarle al escritor.

“Muchas gracias por haber llamado, por su atención. Yo no lo he llamado porque no sé adónde llamarlo. Le deseo lo mejor, cuidate, saludos”, dice el dentista, cubierto por una manta y una gorra en la cabeza.

Pero Barreda también hizo confesiones muy profundas sobre el hecho que marcó su vida. De acuerdo con su biógrafo, en una de las videollamadas que tuvo con él, el homicida le reveló que el crimen pudo no haber tenido lugar si se hubiera animado a irse a vivir con una amante que tenía en ese momento.

“Una vez me habló de una mujer que fue su amante. La iba a ver a Mar del Plata. Pero él nunca quiso separarse. Un día me dijo: ‘Por esa mujer podría haber dado vuelta la tortilla’. Y me contó que, si en vez de matar a su familia hubiese agarrado una valija para irse con su amante, tal vez las cosas podrían haber cambiado. ‘No sé, me di cuenta de eso. Capaz que me iba y no pasaba lo que pasó. O capaz que pasaba igual con la valija en la mano’”, contó Martí, en diálogo con Infobae.

Además, el periodista confesó que Barreda también le dijo que quería ser cremado y que sus cenizas fueran esparcidas en la cancha de Estudiantes de La Plata, el club de sus amores.

"Pablo, si no te dejan entrar al estadio podés tirarlas en alguna plaza que lleve mi nombre", asegura Marti que decía el odontólogo platense en tono de broma y anhelando que sus restos fueran desparramados en el escenario de 1 y 57.