La modelo habla acerca de cómo sufrió la separación de sus padres, Yanina y Diego: “Los preferiría juntos hasta que mueran pero comprendí que cada uno tiene derecho a pasarlo lo mejor posible”.
Si hay una palabra que define el 2019 que vivió Lola Latorre (18) es adaptación. Se exigió para bailar –algo que descubrió y la conquistó–, durmió poco, se sometió al escrutinio público, tuvo cintura para no desmoronarse con la separación de sus padres (la panelista Yanina y el exfutbolista Diego Latorre) y la dura mediatización que eso conllevó .
–¿Cómo repercutió en vos el tema de la separación de tus padres y el escándalo que hubo a raíz de eso? Porque encima fue en medio de tu participación en Bailando.
–Mi mamá no lo quería blanquear porque soy muy sensible y sabía que no me podía parar ahí para que hablaran acerca de eso. Yo siempre le tuve miedo a la separación de mis padres y hace un tiempo pensaba que bajo ningún punto de vista podía soportar que se separaran y no murieran juntos. Pero me di cuenta que no está bueno, que cada uno tiene derecho a pasarlo lo mejor posible. Lloré un montón con ese impacto e hice de mamá de mi hermano (Dieguito, 15) para que no viera la tele, así no le hacía mal.
–¿Cómo saliste del enojo con la realidad que te tocaba?
–Me di cuenta de que negar las cosas para no sufrir no es bueno, y que para salir de esto tenía que afrontarlo. Tengo la mala suerte de que mi familia es pública, pero lo que no quería era llegar a un lugar y sentir la mirada de la gente que sentía pena o culpa. Si me quieren mirar con lástima, me da igual. Creo que hablando se resuelven las cosas y claro que los amo más juntos, pero quiero que sean felices. Y entendí que no estar juntos puede ser un bien para los dos.