El director explica por qué no considera que, por ejemplo, Vengadores: Endgame sea cine, pero Joker sí.
Martin Scorsese no odia a Marvel, solo cree que las películas de superhéroes no son cine. Que Vengadores: Endgame no es Hitchcock está claro. Es una perogrullada mayúscula. No hacía falta que Martin Scorsese lo dijera, pero es que lo ha dicho. Bueno, lo ha escrito. Lo ha hecho en un artículo de opinión que ha publicado el diario The New York Times en el que ha querido matizar las palabras que, según él, se han sacado de contexto de una entrevista que concedió en octubre a la revista Empire. Pero volviendo a Hitchcock: la diferencia entre Hitchcock y el cine de Marvel, según Scorsese, es que no hay "misterio, ni revelación, ni peligro". Y por eso no es cine. En el fondo, el debate que plantea Scorsese no es nuevo, es la eterna batalla entre entretenimiento y arte, el eterno interés por poner etiquetas: Charles Dickens es literatura, pero Harry Potter, no. Esa es la idea. La literatura solo es literatura en tanto que forma de arte. El cine es solo cine en tanto que forma de arte. Y esto vale para cualquier cosa: música, cocina, pintura, etc. Da igual que conecten con el público, los lectores, los comensales, los espectadores... no son arte. Esas obras que no son arte están pensadas únicamente para gustar. Lo que no explica es por qué no todas las películas que no son cine consiguen recaudar 1.000 millones de dólares.
Y para redondear su visión del cine, luego ha concedido una entrevista en la que ha dicho que Joker sí es cine. No quiso involucrarse en la producción de la película, aunque durante cuatro años trataron de convencerle porque, dice, "no tenía tiempo". Pero Joker, por si había alguna duda, sí es cine para Scorsese. De hecho una de sus productoras habituales es productora de la película de Todd Phillips y Joaquin Phoenix. La muerte de Tony Stark, su sacrificio, al final de Vengadores: Endgame no es cine, pero que Arthur Fleck se convierta en el asesino que hace ochenta años sabemos que es, sí es cine. Hmmmmm. Vamos a analizar primero el artículo de Scorsese y luego sus últimas declaraciones.
El artículo del NYT se puede dividir en dos partes: una, la explicación que podría entender cualquier ser humano y que es 100% a prueba de críticas (resulta imposible no estar de acuerdo con el cineasta, seas hater profesional o aficionado al hating); y otra, en la que se enreda en el debate del cine como alta cultura que es difícil comprar.
La parte comprensible del discurso de Scorsese es ésta: "Muchas de estas películas son el resultado del trabajo de personas de considerable talento artístico. Puedes verlo en la pantalla. El hecho de que las películas en sí no me interesen es una cuestión de gusto y temperamento personal. Sé que si fuera más joven, si hubiera alcanzado la mayoría de edad en un momento posterior, podría haberme emocionado con estas películas y tal vez incluso hubiera querido hacer una. Pero crecí cuando lo hice y desarrollé un sentido de las películas, de lo que eran y de lo que podrían ser, que estaban tan lejos del universo Marvel como nosotros en la Tierra de Alpha Centauri".
Scorsese también plantea que puede ser que el problema lo tenga contra la industria del cine: desaparecen salas independientes y solo se promociona a las grandes producciones, que son las únicas que dan dinero. "En muchos lugares de este país y del mundo, las películas de franquicia ahora son la elección principal si los espectadores desean ver algo en la pantalla grande. Es un momento peligroso en la exhibición de películas, y hay menos teatros independientes que nunca. La ecuación ha cambiado y el streaming se ha convertido en el principal sistema de entrega. Aún así, no conozco a un solo cineasta que no quiera diseñar películas para la gran pantalla, que se proyectarán ante el público en los cines", escribe el cineasta.
"Y si me vas a decir que es simplemente una cuestión de oferta y demanda y darles a las personas lo que quieren, voy a estar en desacuerdo. Es un problema de huevo y gallina. Si a las personas se les da solo un tipo de cosas y se venden interminablemente solo un tipo de cosas, por supuesto que van a querer más de ese tipo de cosas", sigue diciendo.
Y luego viene la parte en la que continúa polemizando: "En los últimos 20 años, como todos sabemos, el negocio del cine ha cambiado en todos los frentes. Pero el cambio más siniestro ha ocurrido sigilosamente y al amparo de la noche: la eliminación gradual pero constante del riesgo. Muchas películas de hoy son productos perfectos fabricados para consumo inmediato. [...] carecen de algo esencial para el cine: la visión unificadora de un artista individual".
"Para mí, [...] el cine se trataba de revelación: revelación estética, emocional y espiritual. Se trataba de personajes: la complejidad de las personas y su naturaleza contradictoria y a veces paradójica, la forma en que pueden lastimarse unos a otros y amarse y de repente encontrarse cara a cara con ellos mismos. Se trataba de confrontar lo inesperado en la pantalla y en la vida que dramatizaba e interpretaba, y ampliar el sentido de lo que era posible en la forma de arte. Y esa fue la clave para nosotros: era una forma de arte. Hubo cierto debate al respecto en ese momento, por lo que defendimos el cine como un igual a la literatura, la música o el baile".
Para apoyar su argumentación, Scorsese plantea las película de Alfred Hitchcock como una franquicia, como un particular Marvel Cinematic Universe, un Hitchcock Cinematic Universe. En ellas, aunque hay un universo común, imágenes comunes, hay tensión dramática y hay revelación de los personajes. "Con la muerte en los talones es impresionante, pero no sería más que una sucesión de secuencias dinámicas y elegantes sin las emociones dolorosas en el centro de la historia o la absoluta pérdida del personaje de Cary Grant", argumenta.
Sin embargo, "las imágenes [de las películas de Marvel, en concreto, y de superhéroes, en general] están hechas para satisfacer un conjunto específico de demandas, y están diseñadas como variaciones en un número finito de temas. Son secuelas de nombre, pero son remakes en espíritu, y todo en ellas está oficialmente sancionado porque realmente no puede ser de otra manera. Esa es la naturaleza de las franquicias de películas modernas : investigadas en el mercado, probadas por el público, examinadas, modificadas, reventadas y remodificadas hasta que estén listas para el consumo".
Y ahora viene la explicación de por qué el Joker, según Scorsese, sí es cine: "No es cine de superhéroes". Eso por un lado, por otro está la interpretación de Joaquin Phoenix, que, en sí, para Scorsese, es una obra de arte. No dice nada sobre si se ha modificado el guión original para gustar al gran público o si ha habido cambios sobre la marcha para ofrecer un Joker para todos los públicos (es un decir).