Se trata del crudo retrato del Holocausto, en formato de película, que hace huir a los espectadores de la sala.
Ambientada en una zona rural de Europa a finales de la Segunda Guerra Mundial, la película se centra en un niño judío que deambula buscando refugio, pero se encuentra con violencia y abusos.
La película 'El pájaro pintado' del checo Václav Marhoul, es un cruel y sombrío retrato del Holocausto a través del sufrimiento de un niño y está causando impacto en el Festival de Venecia.
No todos los espectadores pueden aguantar las escenas brutales de palizas, violaciones y torturas que abundan en la cinta y trataron de huir de la sala.
Basada en una novela de 1965 de Jerzy Kosiński —historia que se inspiró en los recuerdos de sobrevivientes del Holocausto— y ambientada en una zona rural de Europa hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, esta película en blanco y negro de casi tres horas cuenta la historia de un niño judío sin nombre dejado por sus padres al cuidado de una anciana durante la guerra.
Cuando la mujer muere, el niño empieza a deambular de pueblo en pueblo buscando refugio, pero se encuentra con personajes malévolos y es víctima y testigo de duras palizas y abusos, presenciando cómo a un adolescente le sacan los ojos y se los dan de comer a un gato, o cómo a una mujer la golpean en los genitales, entre otras escenas de crueldades, incesto, violación, mutilación y asesinato.
"Salvaje y ardiente paseo de tres horas por el infierno"
La cinta se ganó elogios de varios críticos y perturbó a la audiencia por su crueldad extrema en su primera proyección. Una docena de espectadores incapaces de soportar el horror que se exhibía en la pantalla se amontonaron para abandonar la sala de cine, solo para descubrir que la salida estaba cerrada, relata Xan Brooks, un crítico de The Guardian, quien describe cómo un hombre "cayó de lleno en los escalones" en su esfuerzo por escapar de la sala, mientras que una mujer "bien vestida" se puso "tan frenética" para salir que golpeó a un extraño en el asiento de al lado.
El propio crítico califica el filme de "salvaje y ardiente paseo de tres horas por el infierno". "Puedo afirmar sin dudar que esta es una obra monumental y que estoy muy contento de haberla visto. También puedo decir que espero nunca volver a cruzarme en su camino", recalca.
Deborah Young, de The Hollywood Reporter, también elogia la cinta, al tiempo que la tilda de "golpe emocional en el estómago de tres horas".
El propio Marhoul defendió la crueldad de su adaptación e insistió en que "solo en la oscuridad podemos ver la luz". Asimismo, trazó un paralelismo entre las actitudes hacia los niños migrantes que huyen de las guerras en Siria, Libia y Afganistán y el rechazo y abuso que sufre su héroe, advirtiendo en declaraciones a los periodistas de que "los malos tiempos están llegando a Europa".