El entorno de Ricardo Russo asegura que el pediatra recuperó su estado de ánimo. Sigue medicado, en un sector de cuidados especiales en el Hospital de Ezeiza.
A diez días de su detención en la playa de estacionamiento del Hospital Garrahan y a una semana de su traslado a Ezeiza, al Hospital Penitenciario Central, el pediatra Ricardo Russo, acusado de tenencia, facilitación y distribución de pornografía infantil, "se encuentra más entero, de mejor semblante y más animado", según las palabras de una persona de su círculo íntimo que compartió con Clarín, que lo fue a visitar.
Al parecer pasaron los primeros días de shock y parálisis, de estómago cerrado y pastillas antidepresivas y sedantes que lo tenían aturdido al pediatra. "Por supuesto que sigue medicado y en un sector de cuidados especiales", señalan desde el Servicio Penitenciario, pero su aspecto en las últimas horas "cambió para mejor, está optimista, confiado en su verdad".
Russo se encuentra encerrado en un lugar tranquilo, aislado de los pabellones comunes, "tiene una camita, duerme de a ratos, cuenta con baño para él solo, una ducha con agua caliente, y está comiendo mejor", dice la misma fuente del entorno del jefe de Reumatología Pediátrica del Garrahan.
Con más carácter y vehemencia que los días anteriores, aseguró que está lejos de las acusaciones que lo tildan de facilitador y distribuidor de pornografía infantil. "Yo no soy ningún pedófilo ni tampoco hice nada, me están difamando, es injusto todo esto", repitió visiblemente enfadado.
Íntimamente, Russo siente que "está pagando por todos los acusados de pedofilia", está convencido de que la fiscal Daniela Dupuy, la letrada especializada en delitos informáticos que lleva adelante la causa, "quiere hacer conmigo un fallo ejemplificador y que pague por lo que no hice".
Una y otra vez Russo piensa que la fiscal tiene algo personal. "¿Por qué no me dejó en libertad condicional mientras se investiga? Si yo no entorpezco nada, estoy a derecho", le habría jurado a su entorno.
Dupuy le respondió a este diario que Russo está detenido porque "el delito que se le reprocha es una calificación que concursa en forma real, entonces la escala penal es muy alta, por lo que si se confirma el juicio y hay condena será de cumplimiento efectivo y no de ejecución condicional. Por otra parte, sí se decidió detenerlo por el peligro de fuga y por el entorpecimiento de la investigación".
Sobre los pasos a seguir respecto de la causa, Dupuy no pudo expedirse demasiado "ya que está en secreto de sumario, por lo que no podemos divulgar lo que se está haciendo. No tenemos fecha estimativa de juicio oral, pero desde la Fiscalía estamos haciendo todo el esfuerzo para que se realice lo antes posible".
Una fuente muy empapada en la investigación se juega con decirle a Clarín, de antemano, que "por el material de su computadora que yo vi, este muchacho no es inocente. Hay imágenes que son explícitas, que hablan por sí solas, aunque no hay ninguna foto en la que él esté con las manos en la masa".
La misma fuente, que estuvo con Russo en varios momentos una vez detenido, recuerda que "ahora niega todo, pero en su momento, cuando fue indagado no abrió la boca, ¿por qué no dijo que todo era un error?. Él representa el perfil típico de pederastas o pedófilos: una persona tranquila, que no levanta la voz, no se resiste ni genera inconvenientes. Yo no soy psicólogo, pero llevo años en 'esto' y tipos así piensan que actúan correctamente, que los equivocados somos nosotros, y que no hay amor más puro que con un niño".
Encima, la situación cobra magnitud por tratarse de un pediatra, "porque se trata de una persona con poder, con ascendencia sobre los chicos. Lo mismo ocurriría con un policía, un cura, un maestro, un padre, cualquier que tenga una posición de poder agrava el cuadro".
Un contacto de Interpol del seno más cercano al pediatra asevera que "por el material encontrado, por las imágenes vistas, el perfil de Russo nada tiene que ver con el de un pedófilo". Tal como dijo su psiquiatra en la audiencia previa a la prisión preventiva: "Mi paciente no tiene un perfil perverso, lo de él es burn out (cabeza quemada)".
Confirmaron a este medio que el pediatra de 55 años está "aprovechando este encierro" abocado a escribir las primeras páginas de lo que será un libro que empezaría con el momento de detención el 28 de mayo último. Quienes lo han visitado en Ezeiza aseguran que el médico detenido "no tiene real dimensión de lo que está pasando afuera, desconociendo que es tildado como un monstruo".
Otra persona que quiere mucho al pediatra espera cada día "la ansiada noticia sobre un cambio de carátula, o que todo se trató de un error. Reconozco cierta resistencia a creer que es cierto lo que se descubrió", admite quien conoce a Russo desde fines de los años '90. "No siento odio ni creo que haya que matarlo, como leo los comentarios que se postean... Si es verdad lo que hizo, es monstruoso, pero yo no puedo creer que él haya hecho todo lo que se dice".
Amiga personal, asegura que lo va a acompañar hasta donde pueda, "pero no dejo de ver y leer todo lo que se informa en los medios, que es muy contundente. Hubo una investigación de muchos meses, allanamiento y detención... ¿Todos están tan equivocados? Si es verdad, su cabeza está enferma y padece una inclinación sexual insana pero no es un hijo de puta".
Fuente: Clarín.