El precandidato presidencial rechazó los rumores que indicaban que su cuadro de salud es más complicado que lo que se creía inicialmente.
El precandidato presidencial del kirchnerismo, Alberto Fernández, intentó despejar rumores sobre su salud en reportaje concedido desde el Sanatorio Otamendi, donde fue internado el lunes pasado. "Estoy espléndido para alegría de algunos y desgracias de otros", aseguró el ex jefe de gabinete de Néstor y Cristina Kirchner.
Además, admitió que fue un error no haber tratado con anterioridad el malestar que sentía y rechazó las versiones que indicaban que tenía una embolia pulmonar. "Si fuera así, yo nunca podría haber hablado como lo estoy haciendo, estaría en terapia intensiva", señaló en diálogo con el periodista Nelson Castro en radio Continental.
Con relación al día de su internación, Alberto Fernández recordó: "El lunes tuve un día bastante agitado, me reuní con Matías Lammens, con Felip Solá, con el gobernador de La Rioja (Sergio Casas); ese día tuve mucha tos, una tos seca, y me dolía mucho la espalda. Entonces lo llamé a mi médico, uno de los médicos que forman parte del staff del Otamendi, y me dijo que vaya".
"Ahí me detectaron que tenía una fuerte inflamación en la pleura. Yo ya había tenido en el 2008 un antecedente de un pequeño coagulo en el pulmón. Entonces me dieron vía intravenosa medicación para calmar el dolor y, ya que estaba internado, mi médico me dijo que me quede y me haga un chequeo general", agregó.
En este sentido, afirmó que los resultados de los estudios fueron "normales" y reconoció que se encuentra anticoagulado por prescripción médica. Además del episodio que afectó su salud en el 2008, recordó que tanto su madre como su hermana sufrieron tromboembolismos en las piernas. De todas formas, negó que este cuadro médico tenga relación con la campaña electoral: "No me estresa, viví toda la vida haciendo esto, el descuido es no haberle prestado atención a la tos; me dejé estar por la adrenalina de seguir adelante", dijo.