En la misa central en Villa Mailín, ante una multitud, el obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero, Enríque Martínez Ossola, dijo que valora “el esfuerzo de los peregrinos desafiando al dolor físico e inclemencias del tiempo”.
“Hoy estamos celebrando el triunfo de Jesús” destacó en el comienzo de la homilía de la misa central de la festividad del Señor de los Milagros de Mailín, Monseñor, Enríque Martínez Ossola.
El obispo auxiliar de la Diócesis de Santiatiago del Estero, ante la presencia de miles de fieles destacó: “Valoro el esfuerzo de los peregrinos desafiando al dolor físico y cansancio, la fatiga y las inclemencias del tiempo, porque aquí en Mailín o hace frío o hace calor; sin dudas eso no frena el andar de los peregrinos, al contrario algunos me decían, ´Padre está lindo para caminar´y esa es la actitud tenemos que tener. Esta fiesta que nos convoca a todos y nos toca el corazón a todos”.
“Muchas veces nuestra vida está rodeada de espinas, nos sentimos agobiados por algunas situaciones; la situación económica expresa la angustias por las injusticias que vivimos, la desigualdades, los injustos privilegios, los que se enriquecen fácilmente mientras a muchos nos cuesta llegar a fin de mes”.
Luego, el prelado hizo alusión a las relaciones familiares, al hogar, donde hay mucha falta de comunicación a su parecer.
“Cada día nos cuesta más la vida, cada día nos vemos más amenazados, hay una presencia sutil y dañina que es la droga y que se va metiendo en nuestros ambientes que nos daña, pero esa droga viene porque a veces estamos flojos de papeles en la familia, no nos encontramos como nos debieran encontrar. No nos damos tiempo para conocernos para compartir nuestros sueños e ilusiones. A veces da pena ver cuando uno llega a la casa y están todos concentrados con el celular, saben lo que pasa en Tokio, en Berlín, pero no sabe lo que le pasa al que está al lado”.