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Periodista mexicano dijo que “gracias a Dios” se curó de la homosexualidad

Las contradicciones de Mauricio Clark al hablar de "terapias de conversión" tras "vivir atrapado en la homosexualidad".

01/06/2019

La primera marcha "ex-gay" en México fue promovida en redes sociales por el periodista y conductor mexicano Mauricio Clark, quien desde hace un año ha provocado controversia por declarar que "la homosexualidad es parte de su pasado" y por promover la religión como "salida" a dicha orientación sexual.

Con su marcha pretende que la gente se dé cuenta de que "gracias a Dios y por iniciativa propia", se puede dejar atrás "una vida homosexual".

Clark trabajaba en la cadena Televisa, donde aceptó en televisión que era homosexual. Tenía planes para casarse con un joven llamado Iván Peralta, pero sus problemas de adicción a la cocaína lo llevaron a rehabilitación y a alejarse de la televisión.

Pero su vuelta a las cámaras fue una bomba al declarar que, con ayuda de Dios, ya no tenía necesidad de consumir cocaína, masturbarse ni ver ponografía, además de que "había dejado en el pasado" su orientación sexual. Sus palabras se trasladaron a Twitter como si hubiera encontrado "una cura" a la homosexualidad, por lo que activistas LGBT y usuarios se le fueron a la yugular.

Desde entonces solo se lo conoce por sus declaraciones sobre el tema en los medios y por sus conferencias donde comparte su testimonio sobre el ego, la vanidad, su "conversión" y "purificación" de la homosexualidad como resultado de seguir las enseñanzas de la Biblia y Jesucristo.

No hay "cura" pero sí "terapia"

Bajo el título de "Todo es posible si lo quieres" (frase de una canción del musical Mary Poppins), su conferencia ha sido criticada por enviar un mensaje que, con base en su experiencia personal, argumenta que la orientación sexual se puede cambiar.

Y es que su mensaje es ambiguo. Clark ha dicho estar en contra de las llamadas terapias de conversión, pero también está en contra de la iniciativa de ley que busca prohibirlas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) consideran esas terapias como actos de tortura. Mauricio dice estar en contra de ellas, pero por otro lado, dijo a Milenio que "algunas personas homosexuales o bisexuales pueden buscar un cambio en su orientación sexual a través de la terapia, a menudo como resultado de coacción por parte de miembros de su familia o de grupos religiosos".

Se refirió a asistir a terapeutas o psicólogos "certificados", pero por otro lado, dijo no "creerle" a la OMS, pues "a ellos lo que les importa es el dinero, no la parte humana", convencido de que la homosexualidad es parte del negocio de las farmacéuticas, pues antes de su rehabilitación, tomaba ansiolíticos y antidepresivos.

Sin embargo, es clara cuál es la "terapia" de conversión que Mauricio Clark promueve en su cuenta de Twitter. Dijo que después de 20 años "atrapado en la homosexualidad", cuando le dijo a su madre sobre su "conversión espiritual", ella había orado "20 años a la Virgen".

"Te invito a que hagas lo mismo que hizo mi mamá durante 20 años", escribió hace unos días en su red social.

Según el periodista, "el homosexual no nace, se hace". Pese a defender su discurso a capa y espada y con la Biblia en la mano, Clark dijo a Milenio que "las tentaciones" siguen ahí, porque "el príncipe de este planeta es Satanás".

Pero hay "una salida"…

Clark asegura que su conferencia basada en su testimonio no es una terapia de conversión, pero sí promueve "una salida" a la homosexualidad…

Mientras defiende las enseñanzas bíblicas, también se ha quejado de las amenazas de muerte de parte de usuarios de redes sociales y por ser tachado de discriminatorio.

Incluso se ha calificado de víctima de "heterofobia".

Sin embargo, la "heterofobia" no existe, como lo explicó en detalle en Twitter la Subsecretaría de Derechos Humanos: "El término homofobia, al igual que racismo y misoginia, surgió para nombrar la opresión de un grupo que ha sido discriminado en razón de una característica en concreto, en este caso, una orientación sexual considerada como minoritaria, no preponderante o inusual".

Y es que, explicaron, "quienes se identifican como heterosexuales no tienen que sentir miedo al andar por las calles, dándole la mano a sus parejas, ni ven su acceso a la salud negado solo por ser heterosexuales, etc.".

Tampoco los asesinan por su orientación sexual. Entre 2013 y 2017, al menos 381 personas LGBT, o percibidas como tales, fueron asesinadas en México por su orientación sexual, identidad o expresión de género, según la organización Letra S.

Las mujeres trans son las más afectadas, que sufrieron 209 asesinatos; le siguen los hombres gay, con 158 asesinados, es decir, un 41% de los registros de los datos.