La perra sufría malos tratos, por lo que le quedó una pata más corta. Es muy cariñosa y se lleva bien con otros perros.
Hace un tiempo una joven se hizo cargo de una perra dogo que era víctima de maltrato animal en su vivienda.
Por esto, la perra tenía un gran herida en una de sus patas, que le dejó secuelas. Sin embargo, esto no le impide caminar ni desarrollarse con normalidad.
Tiene aproximadamente un año y ya está castrada. Se busca una familia responsable que pueda cuidarla en un espacio cerrado para evitar que se escape y pueda salir lastimada.
Si conoces a alguien que pueda cuidarla o quieres adoptarla, comunicate con Paula al 3854851309.
Es muy buena y se lleva bien con otros perros.