Carlos Argañaráz prometía “acelerar” los trámites. Llegó a entregar documentación apócrifa y llaves de casas inexistentes.
Un hombre fue condenado a tres años de prisión en suspenso luego de hacerse pasar por empleado del IPVU (Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo), asegurando que podía iniciar los trámites para la adjudicación de una casa propia.
Les ofrecía a las personas que lo contactaban, la posibilidad de "acelerar" esos trámites, a cambio de diferentes sumas de dinero que oscilarían entre los $25.000 y $30.000, incluso ofreciendo el pago en cuotas.
Para completar su montaje, el acusado identificado como Carlos Argañaráz habría llegado a entregar documentación apócrifa como si realmente le hubieran adjudicado una vivienda a los damnificados, junto con un juego de llaves. Lógicamente la dirección era inexistente.
En el día de ayer se desarrolló una audiencia en el Palacio de Tribunales en donde la Fiscalía, representada por la Dra. Tania Monte Bitar, presentó un acuerdo de juicio abreviado al que había llegado con la defensa del imputado.
El imputado estaba acusado del supuesto delito de "estafa reiterada y estafa en grado de tentativa en concurso real de delito". Es decir, había cometido dos estafas y la tercera no había llegado a concretarse.
El hombre, que reside en esta ciudad, terminó admitiendo su responsabilidad por los hechos que se le endilgaban.
En consecuencia, el juez de Control y Garantías, Dr. Darío Alarcón, homologó el acuerdo y condenó a Aragañaraz a la pena de 3 años de prisión en suspenso, además de imponerle numerosas medidas de comportamiento.