Los dueños de la estación de servicio explicaron por qué suspendieron al joven que entregó a la policía las últimas imágenes de la joven asesinada en Esperanza.
Luego de que se hiciera pública la suspensión de Ezequiel Schaab, el playero de la estación de servicio que habilitó las cámaras de seguridad clave para la investigación del femicidio de Agustina Imvinkelried, muchas personas se han solidarizado con el joven por las redes sociales.
Sin embargo, en las últimas horas y mediante un comunicado, la firma “Azul Combustibles S.A.”, propietaria de la Shell ubicada sobre la intersección de las rutas 6 y 70 de Esperanza, justificó al accionar ya que para ellos “debió haber realizado un llamado al encargado de la estación de servicio”.
En el escrito, aclaran que el empleado no fue desvinculado de la firma “sino que le fue aplicado una medida disciplinaria”.
“No ponemos en duda su buena fe al accionar rápidamente en proporcionar los videos de nuestras cámaras de seguridad a los familiares y autoridades policiales, simplemente que lo hizo sin cumplir el procedimiento interno de la compañía. En tal caso, debió haber realizado un llamado al encargado de la estación de servicio, ello no hubiera implicado demoras y se hubiera evitado acceder a un lugar restringido”, expresan desde la firma.
En paralelo, también en las últimas horas, se conoció un comunicado del Ministerio Público de la Acusación, donde reafirma que aquellos ciudadanos y/o personas jurídicas que posean registros fílmicos de cámaras de seguridad, “tienen la obligación de entregarlos ante el requerimiento formulado por un fiscal o personal policial actuando por delegación de aquel en la investigación de un delito (Art. 4 Ley 13.013)”.
Y que “ante cualquier demora, reticencia o negativa a entregarlos, se iniciará una causa penal por el delito de encubrimiento (Art. 277 del Código Penal)”.
Por último, los propietarios de la estación de servicio destacaron que desean hacerle saber a la comunidad que "lamentamos y repudiamos profundamente el asesinato de la joven Agustina Imvinkelried y que en todo momento nuestra posición como vecinos de Esperanza es colaborar en cualquier hecho que ponga en riesgo la calma, seguridad y convivencia de nuestra ciudad”.
Las cámaras que habilitó Schaab fueron clave: lograron unir en tiempo y espacio a Agustina Imvinkelried y a Pablo Trionfini. Según la investigación, Trionfini subió a su auto a Agustina, intentó abusar de ella en una zona rural de Esperanza y ante la negativa la estranguló.
La arrojó a una zanja y la semienterró –aún con vida- en esa zona. Trionfini se ahorcó cuando la policía fue a detenerlo en su casa, mientras que el cuerpo de Agustina fue encontrado por la brigada canina de la policía de Santa Fe. Todo esto sucedió hace una semana, en una ciudad que cambió para siempre tras este femicidio.
Fuente: Clarín