El can, de ocho años de edad y 80 kilos de peso, se arrastró aterrorizado hasta introducirse en un pequeño espacio bajo un tablado.
En Manchester, Reino Unido, un perro de refugio llamado Winston murió ayer de un ataque al corazón, al no poder soportar los estrepitosos estallidos de los fuegos artificiales que se lanzaron para celebrar la tradicional noche de las hogueras.
El can, de ocho años de edad y 80 kilos de peso, se arrastró aterrorizado hasta introducirse en un pequeño espacio bajo un tablado de madera, buscando protegerse de las escandalosas detonaciones. Allí lo encontraron tendido los ansiosos voluntarios, que ya no pudieron hacer nada por él.
Después de una vida de maltrato en Bulgaria, Winston fue rescatado en 2016 por una organización benéfica y trasladado al albergue Dogs for Rescue, en Reino Unido. Ya en el refugio se dieron cuenta de que padecía una enfermedad cardíaca, por lo que sometieron al can a tratamiento.
Durante la noche de las hogueras, que se celebra en Reino Unido cada 5 de noviembre, los cuidadores del refugio esperaron a que los fuegos artificiales cesaran. Entonces dejaron salir a los perros al exterior para que pudieran pasear. Unos minutos más tarde, el sonido de explosivos se reinició, y un aluvión de fuegos artificiales cruzó el cielo desatando la histeria de los canes.
Muchos corrieron despavoridos hacia la casa refugio, pero otros tomaron distintas direcciones. Los responsables de Dogs for Rescue trabajaron para localizar a todos los perros, que se habían escondido espantados. Entonces se dieron cuenta que Winston estaba desaparecido.
"Estaban afuera y el estallido comenzó a sonar. Todos los perros que estaban asustados empezaron a correr nuevamente. Notamos que estaba desaparecido. Tuvo un ataque al corazón y se durmió debajo de la terraza", comentó en la cuenta de Facebook del albergue su propietaria, Emma Billington.
Para cuando los voluntarios dieron con Winston, oculto bajo el tablado de madera, el can ya había fallecido. Emma Billington señaló que "cuando llegó al albergue tenía miedo de todo" y "odiaba absolutamente los golpes fuertes". Aclaró que no saben de dónde pudieron provenir los fuegos artificiales que se detonaron tan próximos al refugio.
Sobre Winston aseguró que era "el perro más leal" y que "su muerte es una tragedia". Según explicó, el área en la que trató de protegerse de las explosiones era demasiado pequeña para la envergadura del perrito.
La protectora que dirige Emma Billington, Dogs for Rescue acoge a perros maltratados y los aloja en un ambiente de plena libertad, sin necesidad de jaulas. Hasta allí llegan animales de distintos puntos del mundo, especialmente de Rumanía, Chipre y Bulgaria.
Emma Billington pide que la muerte de Winston sirva para denunciar lo dañinos que resultan los fuegos artificiales para los perros: "Tenemos que decirle a la gente lo malo que es para los perros. No hay necesidad, en la época en la que nos encontramos. Esto lo ha matado. Toda su vida estuvo sufriendo a manos de los humanos" precisó.
En la noche de las hogueras, también conocida como la Noche de los Fuegos Artificiales, o la Noche de Guy Fawkes se recuerda el complot de un grupo de instigadores católicos que trataron de volar el Parlamento de Londres hace más de 400 años. El grupo era liderado por Guay Fawkes. Durante la celebración, se prenden hogueras para quemar muñecos que imitan a los conspiradores, y se lanzan fuegos artificiales.
Tras la muerte de Winston por el estrepitoso sonido provocado por este tipo de artefactos explosivos, Emma Billington es contundente: debería estar prohibido que se detonen cerca de refugios de animales.