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Una médica decapitó a su bebé durante el parto y la justicia volvió a "golpearla"

El caso de Laura Gallazzi conmueve a Escocia. La tragedia la golpeó en el momento que debía ser feliz. Busca cambiar una ley de su país.

28/09/2018

Esta historia por estos momentos sobrecoge a Escocia y al Reino Unido. Se reveló en las últimas horas durante una emisión de la BBC Radio Scotland. Durante el programa, la protagonista contó cómo fueron los momentos más dramáticos de su vida… que aún continúan. Es el relato de una madre que debió atravesar lo indescriptible. Algo de lo que quizás jamás logre reponerse. Contarlo en vivo, le sirvió para liberar parte del dolor.

Ocurrió en marzo de 2014. Laura Gallazzi desarrollaba un embarazo de 25 semanas. Rompió bolsa. El líquido inundó sus piernas y salió de urgencia al hospital. Estaba aterrada. Que sería muy difícil que sobreviviera a tal emergencia.

Corrió al Hospital Ninewells de Dundee, Reino Unido. Estaba mentalizada en que su pequeño hijo -para quien había elegido el nombre de Steven– sería prematuro y tendría dificultades. Todo tipo de pensamiento recorrió su cabeza en esos pocos minutos. Sin embargo, los médicos le indicaron que el bebé estaba bien y que lo mejor era que permaneciera un tiempo más en el vientre. Igualmente la mantuvieron bajo observación en el centro médico.

Tres días después, mientras estaba en el baño de su habitación en el hospital vio que el cordón umbilical salía de su interior. Fue llevada a una sala para provocar el nacimiento del niño. Pero una vez allí, sobrevino la tragedia.

Los latidos del corazón de Steven comenzaron a ser menos intensos. Pensó: "Debo permanecer calma por mi hijo. Estoy en el lugar correcto, todos saben lo que están haciendo. Confía en ellos".

Pero todo se derrumbó minutos después. Los médicos le ordenaron que pujara. Laura otra vez pensó: "Me habían dicho que sería una cesárea… no tengo trabajos de parto". ¿Qué estaba ocurriendo? "¡Puja! ¡Puja!", se repitió el mandato. "Algo no está bien", pensó la madre.

Hasta que finalmente: "Sentí un estallido. ¿Qué había sido eso? Y no sentí nada entre mis piernas, así que pensé que lo había hecho. Lo hice. Mi hijo está aquí. No lo sentí llorar pero no estaba preocupada por eso porque sabía que era muy pequeño. Pero luego la habitación se volvió un caos".

Un parto fallido provocó que la cabeza del bebé se despegara y permaneciera en su útero. El médico que había la atendido provocó la decapitación de su bebé. El drama continuó. "Te vamos a poner dormir", le dijo uno de los enfermeros. No entendía mucho. Aún no sabía qué estaba ocurriendo. Gallazzi debió ser operada de urgencia para que pudieran sacar el resto de Steven de su interior. Para ello le practicaron una cesárea.

Cuando despertó, una enfermera le informó el desenlace: "Steven murió". "Me sentí muy perturbada. Me desmayé", narró a la BBC.

Más tarde, los médicos realizaron una precaria operación -liderados por Vishnavy Laxman-. "Se sentó en el borde de mi cama, en el lado derecho, y me dijo cuánto lamentaba lo que había pasado. En ese momento no sabía exactamente qué había sucedido, así que cuando me dio su disculpa, tomé su mano y le dije que la perdonaba porque no tenía idea de lo que me iban a contar más adelante".

Pero fue otra la médica que le detalló lo que había sucedido. "Se paró al pie de mi cama y me dijo que mi hijo había sido decapitado durante el parto. Y le dije: 'Lo sé. lo sentí'".

Le ofrecieron estar en contacto con él. Pero ella no quería ver su cuerpo. Estaba en shock y prefería evitar ver el cadáver de su pequeño. Gallazzi recordó cuando supo de toda la situación y que su hijo había sido decapitado por negligencia. "Pensé… No quiero verlo, no lo traigas aquí… porque no sabía lo que iba a mirar", narró en la BBC la mujer.

Y fue en ese momento cuando la médica lanzó una extraña frase que atravesó el corazón y el alma de aquella mujer vulnerable que estaba tendida en una camilla de hospital y a la que le acababan de informar que su bebé había muerto. "No hay problema… lo arreglamos", haciendo referencia a que había cosido su cabeza al cuerpo.

Steven apareció en un moisés. Laura no pudo alzarlo como hubiera querido, pero lo besó y lo olió. Estuvo toda la noche junto a él. Susurrándole cuánto lo amaba.

El caso pasó a la justicia. A comienzos de año, un tribunal médico dictaminó que la decisión de Laxman de intentar un parto vaginal en lugar de una cesárea fue equivocada y que fue eso lo que provocó la decapitación del bebé.

De acuerdo a los documentos oficiales, Laxman había realizado un interminable turno de 24 horas cuando la llamaron para asistir a Laura. ¿Estaba en condiciones de pensar correctamente? No. Pero, ¿tampoco nadie de su equipo advirtió la situación? Pese a esto, su licencia no fue cancelada y continuará trabajando como médica.

Pero la pesadilla todavía no terminaba para la golpeada madre. "La investigación tomó dos años y medio. Me sentaron en una habitación y me dijeron que como mi hijo no respiró ni una vez, no era considerado una persona legal en Escocia. Mi hijo no existe. Estaba sentada y mirándolos y pensaba para mis adentros: Eso es absolutamente horrendo. Me miraron a los ojos y me dijeron que mi hijo no existía. Tuve un certificado de defunción. Tuve un funeral. Tengo todas esas fotos. No es justo".

La decisión de la Oficina de la Corona implica que nadie puede ser acusado penalmente por la muerte de Steven. Al no ser considerado persona, nadie lo asesinó, de acuerdo a las leyes escocesas. Laura comenzó ahora otra lucha: el combate para cambiar la legislación. No será fácil ni corta. Pero alguien la guía. Lo hará en nombre de su bebé. Y de tantos otros.

Gallazzi también leyó la carta que le escribió ni bien Steven murió, el 16 de marzo de 2014. La nota acompaña el altar que armó en su casa en su memoria: "Siempre te amaré, mi pequeño niño. Las palabras no pueden expresar cuán triste y desconsolada estoy. Estoy agradecida por el corto tiempo que estuvimos juntos".