Fue una de las mujeres más sensuales de los 90, pero ahora reniega de ese pasado tras haber dado un vuelco místico en su vida. Militante en contra del aborto, hoy su misión es transmitir el amor de Dios.
En 2010, Gisela Barreto tuvo una reconversión en Bosnia y Herzegovina, lugar donde desde hace 30 años aparece la Virgen de Medjugorje, de la cual la madre de la actriz era devota. Pero esa no sería la única vez que visitaría a la Virgen: volvió dos veces más, poco después. Pero como le cuenta a Teleshow, aquel encuentro inaugural significó un cambio radical en la vida de Gisela, y su acercamiento hacia Dios.
—¿Cómo llegó la Virgen de Medjugorje a tu vida?
—Se aparece por primera vez el 24 de junio de 1981, justo el día de mi cumpleaños. Mi madre me pedía siempre que vaya a Medjugorje porque es un lugar santo. 11 años después de su muerte, estando yo en Madrid, decidí ir. Al llegar sentí una paz inmensa, algo celestial. Voy a la Iglesia, y cuando estoy rezando con los ojos cerrados, siento olor a estiércol. Abro los ojos: en el lugar no había nadie. Siento en oración que la Virgen de Medjugorje me muestra que lo que olía a estiércol era mi vida y que estaba sumergida en un lago de estiércol hasta pasando las lolas.
—Cambiaste totalmente tu foco en la vida. ¿Cómo se dio esa transformación?
—Tenía formación religiosa por mi madre y sabía que para el mundo había cosas que estaban bien, pero para Dios no. Y pensaba: "Soy buena, no me prostituyo, trabajo, pero trabajaba siendo una mujer sexy y para Dios, para la Biblia y para la Iglesia ser una mujer sensual y exponiéndose como lo hacía en la tele, es pecado de escándalo". ¡Qué necesidad tenía yo en ese momento de exponerme así! Esto lo digo hablando de mí, y lo extiendo a lo que pasa hoy y las acciones equívocas que vemos. Ahí fue cuando mi vida comenzó a cambiar.
—¿Te arrepentís de tu etapa sexy?
—Si volviera a nacer, no lo haría. Ganaría tiempo de felicidad: desde que volví a Dios gané alegría. Antes todo era un supuesto. Pero no volvería a hacerlo. Cuando me acuerdo de determinadas cosas digo: "¡Perdón, Señor, qué asco!".
—¿Qué pensás de las chicas que están constantemente mostrando su cuerpo en las redes sociales?
—Creo que las chicas son muy monas, pero no explotan la belleza interna. Sin querer una misma se cosifica… Al exponerse de determinada forma estás exponiendo que te miren de esa forma. La mujer tiene un alma más linda que los cuerpos que tienen.
—¿Notaste cambios en tu vida?
—Antes iba todos los días al gimnasio. Antes. Hoy, lo único que no me puede faltar en la vida es ir a misa y la adoración al Santísimo. Voy a la Iglesia de Guadalupe, entre otras. Este es mi octavo año de reconversión, de regreso a la casa de Dios. Miro las fotos de antes y ahora me gusto más porque el alma cuando vive en obediencia, no por represión, por amor, te cambia.
—¿Qué es lo que te da Dios?
—Dios sabe lo que necesita nuestra alma. Los seres humanos creemos que queremos una cosa pero esa es la parte más mundana. Dios es bueno y paciente, nos da el libre albedrío y nosotros elegimos: o vamos a Dios que te da todo y no te cobra un centavo, o como unos tontitos vamos a brujos y tarotistas, o hacemos reiki, yoga, etcétera. Eso es abrir canales al mal. Al principio te sentís bien e incluso te curan las enfermedades, pero esa enfermedad se manifiesta en otra enfermedad que puede ser psicológica, física o mental.
No matarás
Gisela no está en pareja y tampoco tiene hijos. Estuvo casada con Juan Gabriel Altavista -hijo del querido Minguito-, con quien en la actualidad mantiene una relación de amistad. Disfruta de sus sobrinos, y el legado más importante que encuentra es dejarle a ellos la fuerza más grande ante cualquier problema que tengan en el futuro o actual: se llama amor, y es Dios.
Gisela está a favor de la vida. "Le pido a Dios que ilumine a los legisladores al momento de votar", dice, sobre el proyecto de despenalización del aborto. "Quiero tener un país que respete el futuro, porque los niños son eso. Lo de querer legalizar el aborto es una guerra, es un genocidio porque se matan niños. Es el mal enardecido con toda esta gente, con un supuesto fundamentalismo que en realidad es un autoritarismo", acusa.
"Tenemos el mercado negro de fetos, donde extraen tejidos de fetos abortados y se venden los órganos, se disecan los fetos para venderlos a los investigadores. Una vez vi un informe donde decía que cada feto se vendía a 75 dólares -cuenta Barreto-. Y después está el servicio de hormonas, que es para personas transgénero. El aborto es un negocio. Todos estas personas que están a favor del aborto están financiadas por multinacionales. Nosotros somos personas de a pie, usamos las redes sociales y rompemos la espiral del silencio. Esto es negocio, hay un mercado atrás. La economía está en interrelación con la cultura", explica.
—¿Existen los milagros?
—La vida es un milagro. La concepción del ser humano es un milagro. El último ataque del hombre a Dios es el aborto y el hombre lo quiere destruir. Somos un milagro andante.
—¿Con qué palabras tratarías de disuadir a una mujer que quiere abortar?
—Un hijo no es un derecho, ser madre es un don que Dios te da. Ese hijo es un pedacito de Jesús para cuidar a esa madre, para darle vida y amor. Te pone joven en el amor.
—¿En el caso de violación también estás en contra de la despenalización del aborto?
—En caso de una menor, violación o una niña (con síndrome de) Down no estoy a favor del aborto. Son casos extremos que las personas ponen como ítems, como que el aborto podría ser legal. Te violan, ya es un mal físico, y encima te vas a hacer otro mal peor del que te acaba de ocurrir. El aborto no solo mata a un hijo: hiere a una madre y le deja heridas mentales, físicas y espirituales.
—¿Y con la nena de Salta, la de 11 años, que fue violada por su padrastro y quedó embarazada?
—Son cosas terribles. Pobre criatura, con 11 años si va y aborta se forma más problema en su espíritu, en su alma, mente y cuerpo. Yo le diría que tenga el bebé y lo dé en adopción. Ese niño va a tener la posibilidad de hacer una vida y esa madre no peca. Abortar no es un derecho porque es matar, y eso no es un derecho. El derecho a la vida es el más digno.
—¿Hay algún punto de encuentro entre los que están a favor de la despenalización del aborto y los que se oponen?
—Eso no me pasó. El año pasado, cuando me recibí de locutora en el ISER y pegaba los carteles de PROVIDA, mis compañeros me decían: "Estamos a favor del aborto porque estamos a favor de la vida". Es una falacia. En el aborto entran dos personas vivas, y sale una muerta. Hay muchas mujeres que se suicidan y otras que luego, en el tiempo, (pasar por un aborto) se plasma en el plano espiritual. Una mujer que practica un aborto no queda bien porque mata a su propio hijo. Están tomando a los pobres de carnada, porque dicen que quieren salvar a las mujeres pobres. Lo que quieren es que no sigan naciendo pobres. Entonces ¿qué van a hacer? "Matemos a los hijos de los pobres". ¡Quieren terminar con los hijos para que no siga subiendo la pobreza en la Argentina! No nos mintamos más.
—En muchos casos mueren ambos…
—No solo matan a su hijo, sino que también mueren ellas… Eso es cierto. Además dicen que es libre y gratuito. Hoy por hoy los hospitales públicos no dan abasto en las guardias y la gente muere por un infarto. Eso es una urgencia. ¿Vos creés que a una mujer que entra diciendo: "Estoy de 11 semanas, me quiero hacer un aborto", la van a atender rápido? El aborto no tiene nada que ver con la parte de salud pública, mentira porque estamos hablando de una práctica médica que es biológicamente violenta contra la mujer. Dicen que es una práctica segura. Error. Ninguna operación es 100% segura. Un aborto es una operación a ciegas. Esto se lo escuché a la doctora Chinda Brandolino: el aborto se provoca por aspiración o con las pinzas. El bebé va hacia arriba del útero para salvarse, abre la boquita, y en el video se ve cómo le destrozan las piernas al bebé. Hay que ver si los mismos que piden que se legalice el aborto, dirían con la misma frescura si el que va a morir despedazado fuera alguno de ellos. Me gustaría ver si saldrían tan contentitos, con los pañuelos verdes.
—¿Estás a favor de los métodos anticonceptivos y del uso del preservativo?
—Todo eso daña. Yo estoy a favor de la salud de las dos vidas, todos esos métodos dañan la salud de la madre.
—En el caso del preservativo, te previene de enfermedades sexuales.
—¿Sabés que te podés contagiar el VIH incluso con preservativos? Cuando estaba en la facultad hice la tesis y entrevisté a una persona que se contagió VIH con el uso de preservativos. El virus es más pequeño que los poros del preservativo. No hay nada 100% seguro. El Método Billings (método de anticoncepción natural que usan las mujeres para conocer sus periodos de fertilidad) favorece las relaciones maritales, es pro familia, pro vida.