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Mina Bonino reveló su lucha contra una grave enfermedad

La periodista Mina Bonino habló del grave problema de salud que debió afrontar y compartió su experiencia en las redes sociales con un íntimo texto.

24/11/2017

La periodista Mina Bonino contó su dura historia personal en una entrevista íntima que amplió con un extenso posteo en las redes sociales. La joven, de ahora 24 años, contó que sufrió anorexia y que día a día lucha para no recaer en la enfermedad.

“Tenía 21 años y no estaba lista para afrontar las críticas e indirectas de las redes sociales y empecé a bajar de peso. Tuve problemas alimenticios y caí en la anorexia. Si medís 1,65 y pesás menos de 48 kg, sos anoréxica. Yo estaba así. Nunca dejé de comer y no caí en la bulimia. Pero mi índice de masa corporal indicaba que padecía anorexia. De un mes al otro bajé 15 kg sin darme cuenta”, contó a revista Pronto.

“Me sentía horrible, había logrado lo que quería que era no llamar la atención. No tenía cola, lolas, curvas... nada. Y lo increíble fue como cambiaron los comentarios. Ahora ya era: 'qué horrible estás, qué flaca que estás, sáquenla del aire'”, contó Bonino.

A veces me pongo a mirar cuentas de Instagram donde sólo muestran platos de comida, chicas que lo único que hacen es entrenar y mostrar su estilo de vida, y me acuerdo que yo también las miraba. Yo también deseaba ser como ellas e imitarlas. Hoy me doy cuenta que somos el ejemplo de las más nenas. Yo no quiero ser ese ejemplo, yo no quiero fomentar el descenso de peso con alimentos light, productos caros y cosas que no están al alcance, ni del bolsillo de todos ni de cualquier supermercado. Yo no quiero ser la que les muestra el almuerzo con una ensalada y agua, porque indirectamente el mensaje que se deja es ‘si como agua y ensalada voy a estar como ellas’, y no, no quiero que sean como yo, porque yo sufrí. Yo sufro y padecí todo lo que seguramente muchas padecen y lo ocultan. Me debatí muchas veces si contar mi historia, si quedarme en la cama llorando o salir y buscar el laburo que había perdido, opté por callarme, seguir formándome y pelearla, porque supe que el camino más fácil nunca te lleva a nada. Hoy después de dos años, en tratamiento y con secuelas, lo cuento. Lo cuento porque ya tengo laburo y lo conseguí sin hablar, esforzándome sin decir nada de lo pasado. Lo cuento porque cada vez son más las chicas que me preguntan ¿Como hiciste para subir de peso? O me dicen ¿qué haces para tener ese cuerpo? Yo también creí lo de las cuentas de Instagram que muestran la comida. Deje de consumir azúcar, grasas, deje de comer harinas, deje de comer carnes, y cuando me di cuenta comía clara de huevo y manzana. ‘Deje las harinas y me siento menos hinchada’, ‘Deje la carne roja porque tiene grasa y es mala’, ‘Deje el pollo porque tiene hormonas’, ‘no necesitas azúcar, ponele stevia’, leía. ¿Para que? ¿Para tener el cuerpo que ellas tienen? ¿Para alejarme de la vida social sin poder disfrutar de una pizza con mis amigas? Si yo pudiese comerme una porción aunque sea todos los viernes no saben lo feliz que sería! Pero no puedo, porque me enferme y hoy la cabeza no es suficientemente fuerte para poder hacerlo. (Sigue abajo, y perdón por extenderme tanto, no están obligados a leer)

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En cuanto a su tratamiento, indicó: “Sigo luchándola. Estoy controlada por una nutricionista, un psicólogo, y un psiquiatra porque los problemas alimenticios nunca se terminan de ir del todo. Estoy medicada y no tengo problemas en decirlo. Tuve una enfermedad y no me avergüenza. Lucho día a día para no recaer en la anorexia. Todos los días me tengo que ganar a mí misma. Hoy por hoy siento que le gané a la anorexia, aunque sigo luchándola”.

Las consecuencias de su enfermedad la llevaron a estar un mes internada: “Es una enfermedad crónica que puede traer depresión, ataques de pánico y otras cosas. Estuve internada a causa de una pancreatitis porque el descenso abrupto de peso te lleva a formar piedras en la vesícula; las piedras taparon los conductos y pasé una semana en el hospital. Dormía y no sabía si al otro día iba a despertarme”.

“Hoy sufro muchas consecuencias de la enfermedad y por eso quiero dar ese mensaje: hay que seguir peleándola. Sin mi familia, sin mis ganas de trabajar y mis objetivos jamás podría haberme levantado. Yo no soy ejemplo de nada, me alimentaba a claras de huevo y a manzana. Hoy me sigue costando encontrarme con un cuerpo nuevo, me sigue costando comer sin sentir culpa y me siento que todo me cuesta el triple. Pero si no me costara tanto, no habría aprendido nada de los golpes que me dí el año pasado”, indicó la periodista.