Un estudio realizado por investigadores españoles reveló que el consumo de la infusión contribuye a prolongar la vida.
El café es una de las infusiones favoritas de los argentinos. Tomar una taza, acompañada con leche, con o sin azúcar, es parte de la rutina diaria de muchas personas que eligen esta bebida sin importar el lugar o el horario e independientemente de cómo afecta al organismo.
Mucho se analizó -y se analiza- sobre la relación entre el café y su impacto en el cuerpo. Los beneficios para la salud, la ayuda para la concentración o la conveniencia para el ejercicio físico con la clásica infusión fueron objetos de estudio. Ahora, una nueva investigación ratifica lo revelado anteriormente: tomar café reduce el riesgo de muerte.
Aunque su consumo tiene asociados algunos peligros para la salud, como la ingesta elevada de cafeína o de azúcar, cuando se toma de manera moderada es apuntado como una manera de prolongar la vida, de reducir la mortalidad. Con ello coincidió el trabajo llevado a cabo por la Universidad de Navarra.
En el marco del Proyecto de Seguimiento de la Universidad de Navarra (Proyecto SUN), un estudio de cohorte que efectúa un seguimiento a largo plazo a más de 22.500 titulados universitarios españoles desde el año 1999, los investigadores confirmaron que beber café está asociado a un menor riesgo de muerte.
Realizando un seguimiento durante diez años, los científicos analizaron a 19.896 participantes del Proyecto SUN con una edad promedio de 37,7 años. Finalizado el período, fallecieron 337 personas.
Los resultados, publicados por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), revelaron que los sujetos que consumían al menos cuatro tazas de café al día tenían un riesgo de mortalidad un 64% menor que los que casi nunca tomaban café, mientras que los que bebían dos tazas veían reducido su peligro en un 22%.
"Estudios anteriores han sugerido que el consumo de café podría estar inversamente asociado con la mortalidad por todas las causas, pero esto no ha sido investigado en un país mediterráneo", aseguró Adela Navarro, cardióloga del Hospital de Navarra en Pamplona y líder del proyecto.
Navarro agregó: "En el proyecto SUN encontramos una asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de mortalidad por todas las causas, particularmente en personas de 45 años o más. Esto puede deberse a una asociación protectora más fuerte entre los participantes mayores". En efecto, para las personas de al menos 45 años el peligro de muerte temprana fue un 30% inferior, aunque esa asociación no resultó significativa para los participantes más jóvenes.
Sin embargo, a diferencia de las investigaciones anteriores, lo nuevo del estudio pasa por la cantidad sugerida: la especialista concluyó que los resultados "sugieren que beber cuatro tazas de café al día puede ser parte de una dieta saludable en personas sanas".