Es Amarna Miller. Amada y odiada, con sólo 26 años, revolucionó la industria del cine porno en el país ibérico a través de su lucha feminista. Secretos y pensamientos de la madrileña que conquistó el cine erótico en Estados Unidos.
"Me llamo Amarna Miller, soy actriz porno y nací en un país hipócrita, en donde la misma gente que me llama puta se masturba con mis videos".
Amarna Miller es Marina. Madrileña, 26 años, pelirroja, ojos turquesas. La presentación que elige en su sitio web la describe: desafiante, tenaz y elocuente, alza la voz para pelear por ella y por aquellas. Amarna Miller representa a innumerables mujeres, dentro y fuera de la industria del cine porno, que conviven con un maltrato que encuentra su génesis en los prejuicios y la discriminación.
Fueron varios meses sin lograr ninguna respuesta, hasta que, entre propuestas y ofrecimientos laborales, divisó uno de los tantos mails que envió Infobae para contactarla. "Nunca hablé con un medio argentino", asegura la actriz, mientras ajusta su pelo recogido y juega con sus lentes que no impiden contemplar sus ojos celestes. A cada palabra, deja rastros de su voz inconfundible, aquella que la expone en su forma natural.
Comenzó a los 19 años, dirigiendo su propia película. Mantuvo en pie una pequeña productora durante 5 años, hasta que fue llamada a trabajar en las grandes ligas. Dejó España para radicarse en Los Ángeles, la meca de la pornografía, hoy venida a menos por la cantidad de restricciones legales que exige el estado estadounidense a la hora de grabar películas eróticas.
Ella no necesita al porno. El porno la necesita a ella. Es, en la actualidad, la actriz española más relevante, por sus actuaciones y sus expresiones. "Soy bisexual y me encanta el sexo en todas sus formas", explicó Miller.
-¿Existe una relación entre el porno y el feminismo?
-El feminisimo se centra en hablar de los asuntos que envuelven a la mujer. Desde luego la sexualidad también nos envuelve y la pornografía está ligada directamente a este último aspecto. ¿Cómo alguien va a decirme que el porno no es una cuestión feminista?
El sexo, los rodajes, las decisiones más difíciles. La voz, el grito y una multitud que se encolumna detrás de ella para hacerse escuchar. "Lamentablemente convivimos en una profesión en la cual no existen regulaciones ni protección legal para los actores y actrices, y eso supone un problema porque el hecho de que no haya leyes, como en cualquier industria, hace los abusos sean moneda corriente".