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¿Existe la infidelidad virtual?

Es una pregunta típica en las parejas de hoy. Cuando uno pasa mucho tiempo en Internet, el otro sospecha. Según los expertos, para ser infiel no se necesita tener un contacto físico.

08/05/2017

"Empieza cuando una tercera persona se convierte en objeto de deseo sexual o amoroso de uno de los miembros de la pareja", apunta la psicóloga Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en relaciones humanas. "La existencia de la pareja supone un contrato implícito de amor, fidelidad y exclusividad, tanto afectiva como sexual. La aparición de un tercero, aunque sólo sea la idea de ese tercero, ya pone en jaque ese contrato."

Los mensajes de WhatsApp, SMS, Facebook y los DM en Twitter se han convertido, según el abogado Leandro González Frea, especialista en tecnologías de la información, en el lenguaje por excelencia de la infidelidad.

Según apunta, en el estudio que lleva su apellido, el 80% de los juicios de divorcio que llegan a tribunales se inician con pruebas informáticas como mensajes de texto, correos electrónicos, chats o comunicaciones mediante las redes sociales.

"Hoy, WhatsApp y Facebook están a la cabeza", afirma. Pero ¿qué ocurre cuando la infidelidad no pasó de la virtualidad al 3D, como dice el fallo?

Un reciente estudio de la Universidad Tecnológica de Texas afirma que el engaño perpetrado "sólo" por redes sociales duele tanto como el que se concreta físicamente. La investigadora Jaclyn Cravens, especialista en Terapia de Matrimonio y Familia, usó datos del sitio Facebookcheating.com para analizar el impacto. Para eso entrevistó a más de 200 parejas y comprobó que el ciberengaño había sido origen de crisis y peleas entre ellos aun cuando no hubiera llegado a concretarse.

"Y el impacto emocional para la persona que ha descubierto la infidelidad virtual no es menos grave que el de los actos cometidos físicamente", dijo Cravens.

Hace un año, la CNN publicó una encuesta en su página de Facebook en la que les preguntaba a los lectores cuándo comenzaba la infidelidad. ¿Inicia al fantasear, coquetear, comunicarse en Internet, abrazarse, besarse o al tener relaciones sexuales?, se preguntó. Obtuvieron más de 2000 respuestas. La conclusión de los entrevistados fue que uno puede engañar sin siquiera tener contacto físico. El 47% respondió que la infidelidad comienza cuando una persona envía correos electrónicos y mensajes de texto sin el conocimiento de su pareja. Sólo el 20% dijo que ser infiel es tener relaciones sexuales con otra persona. Y apenas el 13% dijo que besar era engañar y abrazarse, el 1%. Además, el 11% señaló que el engaño empezaba con el coqueteo.

"Pero la característica de este tiempo es la infidelidad solitaria. Antes, el engaño tenía la contrapartida, el encuentro con un otro. Hoy, ese encuentro puede no haber llegado nunca y en pos de esa relación virtual haberse dilapidado la relación real. Es el vaciamiento total del vínculo -agrega Sinay-. Hoy, se puede ser infiel, solo."